El papel de la Eurocámara en la elección de altos cargos del Banco Central Europeo (BCE) es solo consultivo, pero su pronunciamiento es necesario. De ahí la importancia del examen al que sometió ayer su comisión de asuntos económicos al irlandés Philip Lane y al ministro de Economía español, Luis de Guindos, los dos candidatos a vicepresidente del BCE presentados por sus países.

Guindos afronta el proceso confiado y con optimismo, pese al jarro de críticas recibido de la izquierda, molesta con la falta de mujeres como candidatos y por el procedimiento en sí. «Creo que puedo aportar fundamentalmente seis años de experiencia, lógicamente en momentos muy difíciles, un saneamiento sin precedentes del sistema bancario y mi apoyo incondicional al mandato del BCE», resumió sobre sus méritos minutos antes de una reunión a puerta cerrada.

Durante su intervención defendió su trayectoria tanto en el sector público como privado y, sobre todo, las medidas que bajo su mandato se adoptaron para capear la crisis. En total, el examen se prolongó casi una hora. «Ha habido que tomar decisiones muy difíciles, muchas centradas en el sector bancario», pero «en el caso de España se han tomado muchas medidas que han ayudado a que los impulsos monetarios lleguen a las familias y empresas no financieras», defendió. A su juicio, ser ministro en activo no debe penalizar su elección ni tampoco el hecho de no ser mujer.

«Siempre he defendido la independencia del BCE y la defenderé si llego al puesto», proclamó. «La cuestión de la igualdad de género es importantísima y siempre lo he defendido. Hay cinco puestos que en los próximos años vencen, todos hombres, y hay una oportunidad para avanzar en la igualdad de género», sentenció.

La fecha fijada por la comisión parlamentaria para posicionarse sobre el candidato es el día 27, una semana después de que el Eurogrupo designe al candidato.