Tesla ha iniciado la construcción de su planta en Shanghái (China), una fábrica que le permitirá convertirse en una de las marcas líderes en el principal mercado de coches eléctricos del mundo. Tras años de preparativos, la firma californiana compró en octubre un terreno de 864.885 metros cuadrados a razón de 121,44 millones de euros para plantar su nueva Gigafactory y ahora la apuesta se hace realidad. El coste podría estar entre 3.000 y 4.000 millones de euros.

Elon Musk, consejero delegado de la marca norteamericana, el alcalde de Shanghái, Ying Yong, y otras personalidades de la ciudad china han dado el pistoletazo de salida a la construcción de la nueva fábrica, que se convertirá en la primera de la marca fuera de EEUU, a la que se sumará una en Europa. Tesla tiene grandes esperanzas pese a que la economía china está dando señales de ralentización.

Según confirmó Elon Musk en Twitter, la Gigafactory de Shanghái producirá las variantes asequibles del Model 3 y el Model Y, un SUV aún por presentar, para el mercado chino. No obstante, sus otros dos coches, los más caros, el Model S y el Model X, además de las versiones más caras del 3 y el Y, se seguirán fabricando en Estados Unidos para todos los mercados, incluido el chino.

La firma de Musk deberá destacar en un entorno muy competitivo por la gran cantidad de start-ups locales que venden coches eléctricos, como NIO, y ante la llegada de los eléctricos de las principales marcas, como Audi o Volkswagen. Tesla podrá vender vehículos en el mercado chino sin pasar por el filtro de los impuestos aplicados por el país sobre los coches importados desde EEUU, aranceles que provocaron que Tesla cayera más de un 70% en China en octubre.

La Gigafactory de Shanghái debe producir, en una primera fase, unas 250.000 unidades al año. Aun así, la cifra prevista para cuando la fábrica esté a pleno rendimiento podría ascender hasta el medio millón de unidades anuales.