El euríbor cerró febrero con un nuevo mínimo récord. El índice al que están referenciadas la mayoría de las hipotecas españolas quedó fijado en el -0,106%, desde el -0,095% del mes anterior. Tomando como referencia los últimos 12 meses, el índice registra un descenso de 0,098 puntos. De este modo, las hipotecas con un capital de 120.000 euros con un euríbor más un punto a las que les toque revisión se verán rebajadas en 5,17 euros mensuales o, lo que es lo mismo, 62,04 euros al año.

Los datos correspondientes al mes de febrero muestran también un descenso, hasta el -0,106%, del míbor, el tipo interbancario a un año que servía de referencia oficial del mercado hipotecario para las operaciones realizadas con anterioridad al 1 de enero de 2000.

Pese a que el Euríbor está ahondando en su mínimos históricos, las caídas cada vez son más reducidas, aunque los expertos no auguran, por el momento, un repunte en el corto plazo. "A medio plazo pensamos que el recorrido bajista del Euríbor es escaso", ha señalado el analista de XTB Carlos Fernández.

El experto ha explicado a Europa Press que el exceso de liquidez aportado por el Banco Central Europeo (BCE) y los bajos tipos de interés han sido los principales causantes de que el euríbor se haya mantenido un año en terreno negativo.

CERRAR 2017 EN POSITIVO

Los analistas de Bankinter prevén que el índice ronde el -0,07% al cierre del primer trimestre del año, el -0,05% en el segundo trimestre y el -0,03% en el tercer trimestre, para cerrar el ejercicio en el 0,05%, un valor que también tiene en sus cálculos Sabadell.

Está previsto que a lo largo del primer semestre del año entre en funcionamiento el Euríbor Plus, que sustituirá al actual Euríbor a 12 meses como índice de referencia de los préstamos hipotecarios y supondrá una mejora del actual índice de referencia.

Ante las perspectivas de que el euríbor comience a repuntar este ejercicio, los expertos prevén un encarecimiento de las hipotecas a tipo variable en los próximos años. De hecho, la imparable caída del Euríbor ha llevado a los bancos a apostar especialmente desde 2016 por las de tipo fijo frente a las de tipo variable.