El Gobierno español se ha decidido a dar un paso más en sus medidas para ayudar a las empresa españolas a salir adelante en medio de las dificultades que impone la pandemia. Ya no se tratará solo de facilitarles créditos para atender sus necesidades de liquidez, como se ha hecho hasta el momento con los 100.000 millones de euros avalado por el ICO. En la línea de lo que hasta ahora ya habían puesto en marcha países como Alemania, Francia o Italia, el Gobierno español se ha decidido a adoptar un fondo de rescate de empresas de hasta 10.000 millones de euros para hacer llegar ayudas directas y entrar en el capital de las sociedades solventes que necesiten una inyección para capear los momentos de mayor dificultad y salir adelante.

La medida prevé ser aprobada hoy en una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros, en la que también se pretende sacar adelante una nueva línea de avales del Instituto de Crédito Oficial (ICO) de hasta 40.000 millones de euros que irá destinada sobre todo a pequeñas y medianas empresas (pymes). Esta nueva línea ya no será para surtir de liquidez a las empresas -como ha sido el objetivo de los 100.000 millones previos-, sino para financiar inversiones de empresas rentables.

FONDO DE LA SEPI / Son matices importantes, pues con ellos el Gobierno quiere entrar de lleno en una nueva generación de ayudas públicas para apoyar la «reactivación» de la economía española, al tiempo que se va desmontando el «plan de choque» vinculado al estado de alarma.

Y para reforzar este mensaje, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha convocado hoy en la Moncloa a los representantes de UGT, CCOO, CEOE y Cepyme. El objetivo es firmar con los agentes sociales el «acuerdo para la reactivación económica y el empleo» que debe servir de guía para negociar futuras medidas, tales como las relacionadas con el teletrabajo, la digitalización de la economía o el apoyo a la industria. Lo importante, para el Ejecutivo es pasar la página más oscura de la crisis e iniciar la de la reconstrucción, donde cabe ubicar algunas de las medidas ya adoptadas, como los planes para el sector del automóvil y el del turismo. Precisamente hoy también se pretende aprobar el plan Renove de incentivo a la adquisición de vehículos, también diésel y de gasolina, a cambio de achatarrar uno antiguo, con una dotación presupuestaria de 250 millones.

Dentro de esta iniciativa, lo realmente novedoso es el paso que se ha decidido a dar el Gobierno para llegar a entrar de forma transitoria en el capital de empresas solventes que soliciten ayuda para salir adelante. El fondo de rescate dependerá de la SEPI, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, adscrita al Ministerio de Hacienda, y permitirá que el Estado entre de forma transitoria en el capital de empresas privadas viables que presenten problemas de solvencia por la crisis del covid-19. En concreto, esta inyección servirá para apoyar a las compañías mediante la compra de acciones, deuda o cualquier otro instrumento convertible en capital, pero siempre que las propias empresas lo soliciten antes y como opción de último recurso.

Así lo confirmaron ayer fuentes del Gobierno, que insistieron en que solo se ayudará a empresas que lo soliciten y de forma transitoria, pues «no existe ningún afán de nacionalizar» ningún negocio. El sector que de forma más insistente viene reclamando el rescate del Estado es el de las aerolíneas. «Si no nos ayudan, vamos a durar menos de un telediario, porque no podemos pagar todas las cargas y todos los aviones», dijo bien claro hace unos días el presidente de Globalia y de Air Europa, Juan José Hidalgo. En el fondo solo estaba reclamando lo mismo que Alemania, Francia e Italia han hecho con Lufthansa, Air France o Alitalia.

En todo caso, según las fuentes consultadas, el plan de reactivación que hoy prevé aprobar el Gobierno también incluirá medidas específicas para el sector aeronáutico y otros considerados estratégicos.