El BBVA registró un beneficio neto de 1.340 millones de euros en el primer trimestre del 2018, el 11,8% más que un año antes, gracias a la buena evolución de los ingresos recurrentes, la moderación de los gastos y los menores saneamientos y provisiones. El mercado español vuelve a aportar la cuarta parte del beneficio (25,1%), el nivel más alto desde el 2011. Su peso en el resultado neto del banco ha aumentado casi diez puntos desde el 16,4% de cierre de año. Por áreas geográficas, México aportó el 35% del beneficio, seguida de España (25%), América del Sur (13%), Turquía (12%), estados Unidos (12%) y resto de Eurasia (3%).

«Vemos un excelente inicio del año, con sólidos y recurrentes resultados, así como importantes avances en la transformación, que demuestran el éxito de nuestra estrategia», destacó el consejero delegado, Carlos Torres.

El margen de intereses alcanzó 4.288 millones de euros (-0,8% interanual, +9,3% a tipos de cambio constantes), mientras que las comisiones crecieron un 1,1% interanual (+9,8% sin considerar el efecto de las divisas). La suma de ambas partidas -los ingresos recurrentes, es decir, los típicos del negocio bancario- ascendieron a 5.524 millones (-0,4% interanual, +9,4% en términos constantes).

Este resultado es fruto de restar los 437 millones obtenidos con la actividad bancaria, menos los 27 millones que perdió el área inmobiliaria. BBVA destacó que el área inmobiliaria registró una significativa reducción de las pérdidas, 27 millones, frente a los 106 millones de un año antes.

La contribución de España al resultado del grupo alcanzó el 25,1% (410 millones), la mayor desde el 2011. Torres lo enmarcó en «una vuelta a lo que tiene que ser» el aumento del peso de España sobre las ganancias totales. «Lo normal es que esto continúe, que España cada vez aporte más», remarcó. «España tiene que subir su peso porque no guarda correspondencia el peso en balance y capital con la rentabilidad de trimestres pasados», concluyó.