En España, las personas tienen menos dinero que la media europea; se quedan en casa a cuidar de familiares dependientes, como hijos u otros parientes mayores, en mayor proporción; hay más ni-nis (jóvenes que engrosan el colectivo de quienes ni trabajan ni estudian); hay más parados, muchos de ellos de los de larga duración; también más contratos temporales no deseados y se producen más muertes en accidentes durante, yendo o viniendo del trabajo.

En el único indicador en que España está por encima de la media europea de los ocho baremos a partir de los cuales la Organización de las Naciones Unidas (ONU) mide la sostenibilidad del desarrollo económico de los países es la productividad. Así se desprende de un reciente estudio de la oficina estadística de la Unión Europea (UE), Eurostat, sobre «trabajo decente y crecimiento económico». La conclusión general que se puede extraer de este análisis es que en España el trabajo es menos decente que en Europa.

DESEMPLEO ELEVADO / El alto nivel de desempleo es una característica crónica del mercado laboral español, pues se produce desde que hay estadísticas. El número de personas con trabajo siempre se ha mantenido por debajo de la media europea, excepto en el 2006, cuando la tasa española superó en ocupación a la media europea en una centésima, según se desprende del estudio. La diferencia de empleados entre Europa y España en 2017 fue de casi siete puntos, siendo España el cuarto país con más porcentaje de desempleados de la UE, solo superada por Croacia, Italia y Grecia.

Solventar la brecha de género es otra asignatura pendiente. Existen casi 12 puntos de diferencia entre el número de españolas (59,6%) y españoles empleados (71,5%). Es esta una brecha también presente en Europa y en la misma proporción, pero con una ocupación femenina del 66,5% y una masculina del 78%.

La franja de edad de entre 55 y 64 años también arroja números preocupantes, puesto que una de cada dos personas se encuentra en paro. Las proporciones que se dan en el mercado español en este grupo de edad están muy lejos de la que presentan países del norte de Europa, entre ellos Suecia (76,4%) y Alemania (70,1%), aunque no tanto de la media europea (57,1%).

PARO DE LARGA DURACIÓN / En parados de larga duración, España es el segundo país con más porcentaje, solo superado por Grecia. El 7,7% de los que trabajan o quieren trabajar en España llevan un año o más en paro, frente al 3,5% de la media europea.

La brecha de género vuelve a cebarse con este colectivo, puesto que mientras que del total de mujeres activas el 8,9% lleva más de 12 meses en paro, este porcentaje baja al 6,7% en el caso de los hombres. Es una brecha que no existe en el promedio europeo, pues entre mujeres y hombres apenas hay una décima de diferencia.

MÁS TEMPORALIDAD / Si a nivel de desempleo España ostenta el cuarto mayor porcentaje y a nivel de desempleo de larga duración el segundo, en temporalidad no deseada es el país con mayores cifras del club comunitario. El 22% de los ocupados en España tienen un trabajo temporal no porque lo prefieran, sino porque son incapaces de encontrar un empleo fijo con contrato indefinido. Es un porcentaje que se ceba con los más jóvenes, ya que el 45,1% de los empleados de entre 15 y 29 años se ve atrapado en un contrato temporal no deseado.

El de la temporalidad indeseada en los contratos de trabajo es un problema que no se da con tal intensidad en la gran mayoría de países de la UE, puesto que, mientras el 7,7% de los trabajadores europeos tienen un contrato temporal no deseado, esta cifra es del 13,1% para los jóvenes, lo que se encuentra muy por debajo de los niveles de España.

CUIDADOS, MÁS MUJERES / En España, el 29,7% de la población inactiva no está trabajando o buscando trabajo porque debe quedarse en casa para cuidar a personas dependientes. Son 8,3 puntos más que la media europea (21,4%). En este sentido, es el cuarto país con mayor porcentaje de población inactiva por responsabilidades familiares, solo superado por Chipre (42,7%), Irlanda (39,4%) y Malta (33,6%). Lejos queda Dinamarca, donde el 5% de los que no trabajan ni buscan empleo están en esa situación.

Esta es una realidad muy feminizada. Mientras el 6,1% de los hombres declara no estar trabajando o buscando un empleo debido a que tiene que dedicarse a cuidar familiares, dicho porcentaje asciende hasta el 43,3% en las mujeres.