España registrará un descenso del 0,8% de llegadas de turistas internacionales respecto al 2017, cuando se superó la cifra de 81,8 millones de visitantes, y este año se quedará en los 81 millones, según destacó ayer la secretaria de Estado de Turismo, Isabel Oliver, que valoró el incremento del 3% del gasto previsto, hasta los 90.000 millones de euros, frente a los 87.000 millones del pasado año.

Hasta septiembre, España recibió a más de 76 millones de turistas, la misma cifra que hace un año, y lo que es más importante, el gasto turístico ha crecido un 2,5 %, rozando los 72.000 millones de euros. El gasto realizado por los turistas «es el dato con el que tenemos que quedarnos, hay que dejar de medir el éxito turístico exclusivamente por el número de llegadas y centrarnos en los ingresos», subrayó Oliver.

LA ESTACIONALIDAD / El nuevo modelo turístico para España debe centrarse en aumentar la rentabilidad, redistribuir los beneficios y cargas de la actividad turística, y de diversificar nuestra propuesta hacia el mercado, explicó. En este sentido, el turismo de compras tiene un papel importante pues «no sólo atrae a un visitante de mayor gasto, uno de nuestros objetivos, sino que también ayuda a desestacionalizar», agregó.