El consumo de cerveza en España alcanzó su nivel récord en el 2018 al superar por primera vez los 40 millones de hectolitros que se consumían antes de la crisis económica, debido en gran medida al repunte de su venta en bares y restaurantes.

Según el Informe Socioeconómico de la Cerveza del 2018, presentado ayer en un acto al que asistió el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación en funciones, Luis Planas, los 40 millones de hectolitros suponen una subida del 1,5% respecto al 2017 y dos terceras partes del total (27 millones) se consumieron en bares o restaurantes.

Las cifras de turismo del año pasado (y la estabilidad económica, que ha aupado el consumo interno fundamentalmente en hostelería con un ascenso anual del 4%, son las claves para entender este aumento, de acuerdo con los responsables del estudio.

La cerveza sigue siendo la bebida fría preferida en España, un país donde su consumo es «moderado», social y ligado a la comida, si bien en el 2018 se volvió a observar un repunte de la tendencia a consumirla en otros contextos, como durante las comidas principales o por la tarde.

Su transversalidad sigue siendo fundamental para entender por qué la cerveza es la bebida alcohólica a través de la que el Estado más impuestos recauda (más de 3.600 millones de euros / año), y su producción también es la que más empleo genera (en torno a 344.000 puestos de trabajo).

Las cervezas nacionales vendieron 36,2 millones de hectolitros, un 1,4% más que en el 2017, y la producción creció un 2,2% respecto al año anterior, hasta los 38,4 millones.

En este sentido, los autores del informe han destacado en el documento que se confirma la apuesta de los españoles por la cerveza sin alcohol, que ya representa el 13% del consumo per cápita en España.