«España es un país que quiere salir de aquí con un acuerdo. Oigo países que defienden un 30%, otros un 40. El 35% puede ser una buena referencia». La ministra española de Transición ecológica, Teresa Ribera, se alineó ayer con la propuesta de compromiso puesta sobre la mesa por la presidencia austriaca de la UE para tratar de desbloquear las negociaciones del nuevo reglamento de reducción de emisiones de CO2 de los vehículos ligeros y furgonetas que se comercializarán en la UE a partir de 2030 y que incluye también medidas para impulsar la fabricación coches de emisiones cero bajos en emisiones.

El punto de encuentro entre las 28 delegaciones sigue estando de momento muy alejado. La primera ronda del debate que se celebra en Luxemburgo ha puesto de manifiesto la división. Una docena de países reclaman pisar el acelerador en la reducción de emisión de gases contaminantes con un objetivo de reducción del 40% como mínimo, tal y como defienden también Francia, Dinamarca, Bélgica, Holanda o Italia.