Los empresarios británicos empiezan a tener problemas para contratar a los europeos que necesitan, a causa del ‘brexit’. En la construcción, la restauración, la industria, la sanidad y la agricultura, por solo citar unos ejemplos, la mano de obra comienza a escasear. La perspectiva para el 2017 es que la situación se agravará.

Un estudio publicado el lunes por el instituto económico Chartered Institute of Personnel and Development (CIPD), da fe de la preocupación creciente a la hora de encontrar empleados de la Unión Europea (UE). La encuesta en la que han participado 1.000 empresas constata una ralentización en el número de los europeos que están llegando al Reino Unidoa trabajar. En los nueve primeros meses del 2016, los registrados con ese fin fueron en torno a 60.000 al trimestre, pero a partir de septiembre, la inseguridad del ‘brexit’ y la falta de garantías del Gobierno sobre el futuro de los residentes de la UE, hizo mella. En el último trimestre del año, la cifra de nuevos europeos cayó a la mitad y se quedó en 30.000.

Cubrir las vacantes en el mercado laboral británico es cada vez más complicado. “Los datos sugieren que la baja en el número de extranjeros europeos puede acentuar las dificultades para contratar personal este añ”, señala el informe del CIPD. El número de puestos por cubrir es ya superior a la media normal. No llegan tantos extranjeros de la UE como lo hacían antes del referéndum del ‘brexit’ y muchos de los que están quizás no se queden.

Las empresas interrogadas calculan que una cuarta parte de los europeos contratados en estos momentos están pensando dejar el trabajo este año, e incluso irse del Reino Unido. Esas cifras pueden ser aún más elevadas en algunos campos. De acuerdo con el CIPD, el 43% de quienes contratan personal para puestos en la educación y el 49% de los que lo hacen para el sector sanitario piensan que los empleados comunitarios en sus nóminas están considerando marcharse en el 2017

Mano de obra poco cualificada

Los sectores que precisan mano de obra poco cualificada, como elcomercio, la hostelería y la restauración son los más afectados. Sin embargo, aunque aún no se conoce el nuevo sistema de inmigración que impondrá el Ministerio del Interior, el Gobierno ha dejado claro que dará prioridad a la hora de autorizar los permisos, a solicitantes especializados con un alto nivel de preparación. Sobre el terreno, las necesidades son muy diferentes y los británicos no parecen dispuestos a cubrirlas.

Granjas y fábricas “van a competir por los inmigrantes” después del ‘brexit’, advierte Gerwyn Davies, asesor de mercado laboral al CIPD. También tendrán que “trabajar más concienzudamente para atraer candidatos”, aumentando el salario y mejorando las condiciones, “para combatir la falta de trabajadores, en sectores como el comercio, la hostelería y la salud”, añade.

El Ministerio del Interior ha venido criticado desde hace tiempo a los empresarios por depender excesivamente de los extranjeros de la UE. En lugar de eso les pide que formen a trabajadores británicos. Pero más de una cuarta parte de las compañías que emplean europeos han indicado a CIPD que preferirían “pagar la diferencia” y absorber el gasto extra para continuar con ese personal foráneo.

La escasez de trabajadores a causa del ‘brexit’ depara algunas sorpresas. No hay por ejemplo suficientes veterinariosbritánicos. Los “vets” llegados de la UE son una parte muy significativa de la profesión, especialmente los implicados en la salud pública. De los 23.000 veterinarios actualmente en el Reino Unido, casi 6.000 se han graduado en otros países europeos.

En los últimos años más de la mitad de los veterinarios registrados vinieron de países extranjeros, la mayoría de la UE. Solo en un año, 200 profesionales españoles han encontrado trabajo aquí. Pero la Asociación Británica de Veterinarios ha advertido que la incertidumbre de lo que pasará con las normas de inmigración cuando el país salga de la UE está afectando ya a la contratación y tendrá un impacto que trata de prever con el Gobierno.

"Habrá ganadores y perdedores"

Si el Gobierno limita el número de inmigrantes con bajos niveles de preparación, la agricultura, la construcción, las fábricas y la hostelería deberán competir entre sí por estos trabajadores. Así lo señala también un estudio del Observatorio de la Migración de la Universidad de Oxford. “Si se quiere reducir el número, no todo el mundo puede ser un caso especial. Habrá ganadores y perdedores”, afirma su directora, Madeleine Sumption. Las restricciones serán más duras precisamente en los sectores que más personas emplean.