—La sentencia del Constitucional que avala el despido por bajas médicas intermitentes justificadas ¿va a reavivar la lucha sindical contra la reforma laboral?

—La gente ha entendido que esto le puede pasar a cualquiera. Esto nos reafirma en el objetivo de derogar la reforma laboral.

¿Cómo encaja este objetivo en el actual contexto político?

—El posible Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos es un instrumento importantísimo. Ahora vamos a poder ir a un desmontaje de la reforma laboral sin excusas por parte de nadie. Además, como sabemos que no va a ser fácil, en el momento en que haya Gobierno, los sindicatos tenemos que usar la palanca de las movilizaciones.

—¿Hay que derogar la reforma laboral o basta con derogar sus ‘aspectos más lesivos’ como propugna la ministra de Economía, Nadia Calviño?

— Hay que derogar toda la reforma laboral. En todo caso sería más fácil señalar lo contrario: qué aspectos no son los más lesivos, porque acabaríamos antes. ¿Cómo no vamos a hablar del abaratamiento del despido o del artículo 52.D del Estatuto?

—¿Se puede cumplir este objetivo con Calviño como vicepresidenta del Gobierno?

— La decisión de quién forma el Gobierno la toma el presidente. Pero si en 48 horas se ha llegado a un acuerdo para un posible Gobierno de coalición al que no se había llegado en seis meses, la señora Calviño con toda seguridad será consciente, si es que es vicepresidenta, de que la reforma laboral se ha derogar porque va en el programa de su partido.

—¿Cuál es el efecto potencial de la reciente sentencia del Constitucional que avala el despido por bajas intermitentes justificadas?

—En estos momentos el 40% de los trabajadores estaríamos incluidos en esa posibilidad de despido. Basta acumular nueve días de bajas intermitentes en dos meses. No sé si los magistrados se han dado cuenta de que hay millones de personas que se pueden encontrar en esa situación cuando venga una gripe repetida. Por eso me parece una aberración. Es una sentencia inhumana, y vamos a luchar contra ella, no queremos que quede como jurisprudencia de futuro en nuestro país.

—La posibilidad de un Gobierno PSOE-UP ¿puede frenar a la patronal a la hora de sentarse en la mesa de diálogo social?

—Yo creo que es todo lo contrario. Cuando gobierna la derecha, los sindicatos acudimos a la negociación, para intentar limitar al máximo las reformas. Yo creo que la patronal debería hacer lo mismo. El futuro de las reformas siempre tiene más valor si se hace por acuerdo, por eso espero que la patronal se siente y dialogue para que podamos consensuar un nuevo Estatuto de los Trabajadores del siglo XXI.