Una tregua en la guerra comercial entre China y Estados Unidos parece cada vez más cerca. El secretario del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin, ha afirmado este sábado que discutirá los asuntos comerciales con el gobernador del Banco Popular de China, Yi Gang, mañana domingo, pero que el principal avance en las disputas transoceánicas tendrá lugar a finales de mes en una reunión entre los presidentes Donald Trump y Xi Jinping.

Según Mnuchin, al margen del encuentro entre los líderes financieros del G-20 en Japón, el encuentro Xi-Trump será la "próxima reunión importante" en relación a la guerra comercial. El encargado del Tesoro comparó esta posible aproximación, no confirmada por China, como la que tuvieron ambos mandatarios el pasado diciembre en Buenos Aires. Este último encuentro allanó el camino para cinco meses de negociaciones que buscaban resolver las disputas comerciales entre las dos potencias.

"Esta no es una reunión de negociación", ha afirmado Mnuchin en relación a su encuentro del domingo con Yi, un miembro clave del equipo de negociación comercial de China. Su homólogo estadounidense ha confesado no tener ningún objetivo específico para la entrevista del domingo. Los líderes financieros probablemente hablen sobre asuntos económicos y financieros como parte de su cauce normal de interacciones previas al G-20 y sobre temas comerciales, pero no se espera ningún anuncio.

"Acuerdo histórico"

El secretario del Tesoro ha dicho que Estados Unidos y China están casi al 90% del camino para conseguir "un acuerdo histórico" antes de que China retrocediera en ciertos pactos. Mnuchin ha reconocido que si la potencia asiática está dispuesta a reanudar las negociaciones sobre la base de los documentos firmados antes de la ruptura de las conversaciones a principios de mayo, por su parte el gigante americano está dispuesto a participar. "Si podemos obtener el acuerdo adecuado, eso es genial; si no, procederemos con los aranceles", ha recordado.

La Administración de Trump está imponiendo medidas para aplicar gravámenes del 25% sobre los 300.000 millones de dólares restantes de las importaciones chinas que hasta el momento no se han visto afectadas por la guerra comercial entre las dos economías más importantes del mundo. Estos aranceles podrían estar listos para su activación a finales de junio, cuando tenga lugar la cumbre del G-20 enOsaka.

Estados Unidos quiere un comercio libre, justo y equilibrado con China, en parte para cerrar un enorme déficit comercial de la potencia americana con la asiática. "Si no podemos tener eso, mi expectativa es que muchas empresas trasladen su producción de China a otros lugares" debido a los aranceles, ha confesado Mnuchin.