Si el endeudamiento excesivo tiene importantes inconvenientes económicos, lo cierto es que una amplia exposición al crédito, como le ha ocurrido a la economía española, a pesar de la crisis económica, también tiene ciertas ventajas en un entorno de tipos de interés bajos. La política monetaria aplicada por el Banco Central Europea (BCE), que mantiene los tipos de interés en niveles mínimos durante los últimos años, ha permitido que España se ha beneficiado más que ningún otro país de la Eurozona de esa situación.

Según un informe que se incluye en el último Boletín Economía del supervisor monetario, el ahorro neto registrado por empresas y hogares españoles equivale al 4,2% del producto interior bruto (PIB), lo que vendría a ser algo más de 45.000 millones de euros en un plazo de unos ocho años, desde el tercer trimestre del 2008 y hasta finales del 2016.

Los hogares europeos que más se han beneficiado de esa situación de los tipos de interés en relación con el coste del crédito son los de los Países Bajos, con más del 1,5% del PIB, pero justo detrás de ellos le siguen los hogares españoles, que con un 0,8% del PIB habrían pagado de menos alrededor de 8.000 millones de euros. Tras ellos, Finlandia es el tercer país que más se ha ahorrado, o como explica el informe: «Los ingresos netos por intereses atribuibles a la caída de los tipos de interés han aumentado en estos países».

POLÍTICA DE LAS ENTIDADES / Además, también se da la circunstancia de que el predominio de las hipotecas a tipo de interés variable en España ha permitido que el beneficio sea mayor respecto a otros países del entorno europeo.

En cambio, en Bélgica, Austria e Italia los ingresos netos por intereses de los hogares experimentaron descensos más pronunciados, «ya que tienen un porcentaje relativamente elevado de su riqueza financiera en forma de activos que devengan intereses», destaca el informe.

En el caso concreto de España, el beneficio producido por las hipotecas a tipo variable encaja poco con la política que han desarrollado la mayor parte de las entidades financieras para fomentar los créditos de tipo fijo, con el argumento de que, a medio y largo plazo, el Banco Central Europeo incrementará los tipos de interés, lo que tendrá un mayor coste en las hipotecas variables.

España figura entre los países en que las sociedades no financieras y las administraciones públicas -no así los bancos, que se han visto perjudicados- han obtenido una ventaja con los tipos bajos. Las primeras se han ahorrado cantidades cercanas al 3,3% del PIB, ligeramente por encima de las empresas de Francia, Finlandia e Italia. Por lo que se refiere a los Estados, Bélgica, Finlandia y Alemania fueron los más favorecidos por la caída de tipos de interés.

En resumen, los países que se han visto más afectados por la crisis de la deuda soberana son los que menos beneficios han sacado de la situación.