En julio de 2020, la Comisión Europea dio a conocer los fondos europeos de recuperación económica para salir del agujero creado por el covid-19, los Next Generation, una inyección de dinero extra con el objetivo de superar el bache pero sobre todo de hacerlo con una transformación de las industrias y economía de los países miembros hacia lo verde y digital. A España llegarán 140 mil millones de euros y a una parte de este montante aspiran los 87 proyectos, con un impacto de 1.700 millones de euros, identificados y estudiados por la Diputación de Barcelona.

Son 87 "proyectos ambiciosos, transformadores de las estructuras económicas y sociales e innovadores para relanzar económicamente el territorio después de la pandemia", a juicio de Núria Marín, presidenta de la institución. De estos, 47, con un valor de 700 millones euros, salen de la propia Diputación; el resto, con un impacto de mil millones, de los municipios de la provincia. La apuesta de la institución es erigirse en un "lobby del mundo local" para ayudar a los ayuntamientos en el proceso de optar a las ayudas europeas y que estas lleguen a todo el territorio, y no se queden solo en los grandes municipios y grandes empresas. Para ello, la Diputación, blande su conocimiento del territorio y su experiencia con el trabajo de concertación y el diálogo con otras instituciones.

Realistas y realizables

Los proyectos locales identificados por la institución y susceptibles de optar a los fondos son diversos y sin un hilo conductor; de los 47 de la diputación destacan dos que tienen como protagonistas la conectividad del territorio y el impulso de les comunidades energéticas locales. Son, además, "perfectamente realistas y realizables". De hecho, uno ya está en marcha y el otro a punto de despegar. El primero se inició en 2017, desde entonces la Diputación utiliza su red de carreteras para extender la fibra óptica por todo el territorio, sobre todo para llegar a aquellos núcleos que por poca población o distancia no son atractivos para las operadoras privadas. Conseguir financiación europea significaría acelerar el proceso. Y significaría reequilibrio demográfico, sostenibilidad territorial y acabar con la brecha digital.

El segundo proyecto que presentará la administración supralocal es una apuesta inequívoca por la transición energética. En este ámbito se pretende impulsar las comunidades energéticas, y la instalación de placas fotovoltaicas en municipios de menos de 5.000 habitantes y en 90 polígonos industriales. Su funcionamiento permitiría reducir en 80.000 toneladas las emisiones de CO2 a la atmosfera. Son dos ejemplos pero hay 85 más y la firme intención de la Diputación de acompañar y cobijar a los ayuntamientos para que los proyectos transformadores e innovadores puedan llevarse a término con la llegada de los fondos europeos.