La derogación de algunos aspectos lesivos para los trabajadores de las reformas laborales del PP aceleró en diciembre las Mesas de Diálogo Social para encallarse a principios del nuevo año en el Congreso de los Diputados. Tras ocho meses de negociación con los sindicatos y las patronales, parecía que el Ejecutivo estaba dispuesto cumplir con uno de los compromisos de su época en la oposición por la vía del real decreto y sin el beneplácito de la CEOE. Pero entonces el PDECat volvió a la primera línea de las negociaciones.

Las conversaciones entre el PSOE y los posconvergentes se han ido cocinando a fuego lento, con discreción y en paralelo a las negociaciones con los actores sociales, como ya informó este diario. No obstante, las condiciones que se deslizan del pacto que están detallando ambas formaciones deja descolocados al resto de jugadores implicados.

Oficialmente, el PDECat declina realizar declaraciones al respecto, dado el «delicado» momento de las negociaciones. No obstante, fuentes del partido reconocieron a este medio que entre las posturas de los diferentes grupos que hicieron posible la moción de censura existen algo más que matices. Reubicar la ultraactividad de manera indefinida, volver a situar como preferente el convenio del sector frente al de empresa, reformar la subcontratación y aplicar el registro horario obligatorio eran los grandes temas encima de la mesa. De estos, únicamente en el segundo parece haber consenso.

ESTUPEFACTOS EN PODEMOS / Desde el principal apoyo parlamentario del PSOE, Unidos Podemos, se muestran estupefactos sobre los detalles que les llegan de las conversaciones con los conservadores catalanes. La diputada de En Marea y negociadora en materia laboral de la formación, Yolanda Díaz, cuenta que los socialistas pretenden introducir en la negociación colectiva comisiones ad hoc de trabajadores escogidos por la empresa para pactar modificaciones substanciales de las condiciones de trabajo. «Si finalmente ese es el contenido, este empeora claramente la reforma laboral del PP», afirma Díaz. El PSOE evitó realizar declaraciones.

Ni Unidos Podemos, ni otro de los partidos que le dieron la mayoría a Pedro Sánchez, ERC, entienden el protagonismo dado al PDECat, pues sin ellos cualquier votación en el Congreso solo pasa por PP y Cs. «Ninguna de estas cuestiones las han negociado directamente con nosotros, se equivocan si dan por sentados nuestros votos», afirma el diputado republicano Jordi Salvador. La reflexión común entre todos, sindicatos incluidos, es que existen posiciones encontradas dentro del mismo Gobierno y que los compromisos de la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, no siempre cuentan con el respaldo de todo el Ejecutivo.

Los sindicatos también temen que todo lo que ellos entendieron en diciembre como cerrado se vuelva a reabrir en el Congreso y dilate, si es que llega a producirse, la derogación de las reformas laborales. La sintonía no es buena, lo que se nota en detalles como cuando al ser preguntados altos dirigentes de las centrales hablan ahora de las reformas del «PSOE y del PP», cuando antes era únicamente del PP.

Este viernes está convocada la Mesa de Diálogo Social y CCOO deslizó ayer que se plantea no regresar a ninguna otra reunión hasta que el Gobierno socialista no cumpla con su preacuerdo. UGT prefiere esperar hasta el viernes para posicionarse a ese respecto. De momento continúa convocada la manifestación de 10.000 delegados para el 8 de febrero.