La consolidación -entendida como compras y fusiones- que ha afectado en Europa a sectores como el de la banca ha llegado también al de las aerolíneas. La caída de importantes firmas como Air Berlin o Monarch son la primera muestra de algo que tarde o temprano tenía que pasar: en un mercado con bajos márgenes, gran competencia y donde cualquier contratiempo afecta a toda la operativa, las empresas con menos recursos se ven obligadas a cerrar y sus activos son comprados por otras empresas.

No es una consolidación al uso (fusiones entre iguales o compra de empresas), sino en la mayoría de casos situaciones forzadas por crisis económicas de las empresas. Pero el efecto es el mismo: en un mercado de 500 millones de habitantes, es difícil que haya sitio para casi una treintena de aerolíneas low cost, como pasaba hasta ahora. «Al final lo que está pasando en Europa es lo que ya vivió EEUU: un mercado que se concentra porque solo los más fuertes o los que lo hacen muy bien pueden sobrevivir en el largo plazo», explica la profesora de la escuela de negocios EADA Athina Sismanidou.