El presidente de la Cámara de Comercio de España y de Freixenet, José Luis Bonet, ha afirmado que propondrá al consejo de administración de la compañía el cambio de sede social fuera de Catalunya. "No depende de mí, depende del consejo, pero desde luego yo lo propondré", ha afirmado Bonet en declaraciones a RNE recogidas por Europa Press.

De esta forma, la compañía, con sede en Sant Sadurni d'Anoia (Barcelona), seguiría los pasos de otras empresas catalanas que han decidido abandonar Cataluña tras el desafío inpendentista.

"Si realmente vamos a una declaración unilateral de independencia, habrá una salida importante de empresas de Cataluña, lo que causará una daño gravísimo a Cataluña", ha afirmado Bonet, quien ha añadido que si se declarase la independencia se produciría una "verdadera catástrofe". "Realemente es un despropósito", ha señalado.

Por su parte, el grupo vitivinícola Codorníu Raventós asegura que es responsabilidad de las empresas "poner sobre la mesa el riesgo económico global que existe" ante la actual situación política en Cataluña y lamenta que sean las compañías las que tengan que pagar las consecuencias.

En un comunicado remitido a Efe, la compañía, que fue fundada en 1551 y es la empresa familiar más antigua de España, afirma que esta crisis "afecta directamente a todos los empleados, clientes proveedores y colaboradores de Codorníu que trabajan repartidos por toda la geografía española".

Subraya, en este sentido, que Codorníu Raventós, que tiene su sede en Sant Sadurní d'Anoia (Barcelona), es una empresa "catalana y también española" y lamenta que se la haya vinculado con el independentismo sin que tenga nada que ver con este proceso ni ningún otro.

"Lo hemos desmentido por activa y por pasiva. Queremos repetir bien claro que nosotros no hacemos política, ni queremos, ni nos corresponde, porque para ello están las instituciones y los foros adecuados", remarca la dirección general del grupo, que reconoce que los "inciertos comentarios" que se difunden de Codorníu perjudican "seriamente" la imagen de la compañía.

Codorníu, que preside Mar Raventós, ve "inconcebible" que las empresas catalanas, que únicamente tienen ánimo de generar empleo y riqueza en todo el país, tengan que pagar las consecuencias de esta situación política y estén sometidas a una presión innecesaria.

Por ello, el grupo considera que es responsabilidad de las empresas "poner sobre la mesa el riesgo económico global que existe ante el escenario actual".