Femcat nació en el 2005 como respuesta de un grupo de empresarios catalanes, muchos de ellos industriales, a la falta de renovación de las patronales históricas Foment y Pimec. La fundación privada agrupa a un centenar de empresarios, directivos y profesionales movidos por la ambición de que Cataluña alcance mayores cuotas de poder político que permitan el progreso económico y social, un principio que recoge su manifiesto fundacional.

Desde su creación, la asociación realiza cada dos años una misión comercial a una zona del mundo, sea país o región, que pueda ser una inspiración para Catalunya por sus buenas prácticas económicas y progreso social: Hong Kong, Shangai, Silicon Valley, Finlandia, Boston, Israel, Munich y, este año, Dinamarca.

En la actual edición una quincena de empresarios ha viajado al país nórdico en un contexto que ellos reconocen como el más anómalo vivido desde su fundación como lobi empresarial orientado a lograr un mayor autogobierno de Catalunya. La autonomía catalana está suspendida por la aplicación del artículo 155 de la Constitución, la mitad del Govern cesado está en la cárcel -incluido uno de los socios de Femcat Jordi Cuixart- y la otra mitad refugiado en Bélgica a la espera de la extradición. Mientras, los partidos arrancan una campaña electoral convocada por Mariano Rajoy.

La fundación presidida por Pau Relat, consejero delegado de MAT Holding, cuenta con empresas como Racc, Bon Preu, Comexi, La Farga Lacambra, Vertix, Irestal Group, Amat Inmobiliària o Metalquimia. En esta ocasión, el lobi estuvo a punto de cancelar el viaje por el momento político y social, y también por el temor de sus asociados a exponerse públicamente tras la fuga de más de 2.000 empresas catalanas y el clima de boicot. La fundación ha borrado de su web el listado de miembros a petición de algunos de ellos.

Femcat reúne diferentes sensibilidades, no es un bloque homogéneo. Algunos patronos se han manifestado e incluso militado a favor de la independencia, como el empresario y presidente de Òmnium Jordi Cuixart, propietario del fabricante de maquinaria Aranow y ahora encarcelado en el Soto del Real, mientras que otros tienen la aspiración de mejorar la financiación autonómica y las competencias. En los últimos tiempos han defendido la celebración de un referéndum y han condenado la violencia policial tras el 1 de octubre.

El modelo danés

Al finalizar el viaje, la asociación elabora siempre un informe que se entrega a la presidencia de la Generalitat con propuestas concretas para mejorar la competitividad catalana en temas como el I+D, emprendeduría, formación profesional, o la competitividad de la industria. La mayoría de los miembros de Femcat defienden que con un Estado propio Cataluña sería más competitiva ya que muchas de sus propuestas topan con los límites competenciales autonómicos.

«Hemos elegido Dinamarca por su estado del bienestar, su apuesta por las energías renovables y por la innovación, Catalunya podría ser a Dinamarca del sur», explica Joaquim Boixareu, de la empresa Irestal. El país, con 5,5 millones de habitantes, cuenta con una tasa de paro inferior al 6%, está considerado el país menos corrupto del mundo y durante muchos años sus ciudadanos se han declarado los más felices del planeta. Los empresarios han visitado la empresa de juguetes Lego, la sede de Naciones Unidas en Copenhaguen y los principales centros de I+D y universidades del país nórdico, con especial interés en la energía solar y la eólica y el modelo de incentivos.

«Un país de este tamaño es más fácil de gestionar, se pueden impulsar los proyectos con más facilidad», sostiene el presidente de la empresa Comexi, Manel Xifra, quien señala la estrecha colaboración de empresa con universidad. Este aspecto también ha sido destacado Oriol Guixà, propietario de La Farga Lacambra, quien considera que Catalunya debería potenciar la colaboración entre universidad y centros tecnológicos.

El presidente del Racc, Josep Mateu, ha reconocido «la vocación de los daneses por, a pesar de ser un país pequeño y periférico, ser relevantes y que se les reconozca como un país diferente», una aspiración del lobi empresarial para Catalunya que ahora se ha truncado. La entrega de sus conclusiones al Govern, esta vez, tendrá que esperar.