La crisis del sector inmobiliario es cada vez más cosa del pasado, por lo menos en una parte relevante del mismo. Colonial lanzó ayer lunes una oferta pública de adquisición (OPA) para hacerse con Axiare y confirmarse como la segunda compañía del mercado, con lo que se da un nuevo paso en la consolidación del sector después de que la firma líder, Merlin, absorbiese el año pasado Metrovacesa.

El perfil de los nuevos gigantes inmobiliarios, con todo, es distinto al de antes de la crisis. Se trata de socimis (sociedades cotizadas de inversión en el mercado inmobiliario) que aprovechan las ventajas fiscales de esta figura jurídica para comprar y desarrollar activos básicamente terciarios (oficinas, hoteles, centros comerciales y logísticos), que luego destinan al alquiler. El residencial no está en su foco.

Colonial, la segunda socimi española, busca con la compra de Axiare, la quinta, ganar tamaño, consolidarse como la segunda inmobiliaria europea en oficinas tras la francesa Gecina y junto a Merlin, y aumentar el peso de Madrid (donde su participada tiene el 77% de su cartera) en su balance. La compañía, que hace unos días cambio su sede de Barcelona a la capital española por la crisis catalana, tendrá -si sale adelante su oferta- el 58% de sus activos en París, el 27% en Madrid (gana nueve puntos porcentuales a costa de la ciudad francesa) y el 10% en la capital catalana.

Colonial ya entró en el capital de su competidora el año pasado con la compra del 15,3%, en una operación que Axiare tildó de hostil y trató de obstaculizar. Ayer lunes, compró por cerca de 200 millones otro 13,3% (incluido el 9% del segundo accionista de su participada, el fondo Pelham Capital), con lo que tiene más cerca alcanzar el 50% al que está condicionada su OPA.

La oferta, así, va dirigida al 71,4% de las acciones que aún no posee. El precio fijado es de 18,5 euros por acción en metálico, lo que supone valorar Axiare en 1.426 millones.