Las preguntas más recurrentes desde hace unos meses entre familiares y amigos son: ¿Qué coche me compro? ¿Me puedo comprar un diésel? ¿Es el momento de apostar por un híbrido, un eléctrico?. El sector del automóvil está dando un giro, industrial y tecnológico. Tal vez también de concepto. El escándalo del dieselgate abrió la Caja de Pandora y tras la demonización (errónea) del gasóleo empezó a carrera. Las principales consecuencias son una incertidumbre y descontrol en el mercado (que el pasado mes encadenó tres meses de descenso tras fijar los récords en julio y agosto).

El usuario anda despistado. Antes se compraba el coche que le gustaba (o el que le gustaba a su pareja) y ahora debe tener en cuenta otros parámetros. La nueva normativa de emisiones WLTP (que obligó a homologar de nuevo a todos los coches nuevos), más restrictiva en materia de CO2, las prohibiciones de circulación en mucha ciudades bajo el paraguas de la protección del medio ambiente, el precio de los carburantes, las infraestructuras de recarga (en el caso de eléctricos). Son muchos aspectos a considerar que, al final, provocan dudas, muchas dudas.

El tema medioambiental parece que será el gran protagonista. Y la raiz del problema está en la anitgüedad de los vehículos. Y en eso España es uno de los países de la Unión Europea con una media más alta (12 años), lo que convierte a nuestro parque en uno de los más peligrosos en materia ambiental y, sobre todo, de seguridad. Desde Europa piden una reducción de emisiones del 35% a partir de 2030, buscando rebajar los 95 gramos previstos para 2020. El Gobierno español lanzó una propuesta en su trabajo sobre la nueva ley de Transición Energética que fijaba la prohibición de vender coches con motores de combustión (incluyendo los híbridos) con el horizonte de 2040.

DIÉSEL Y GASOLINA, AÚN VALIDOS

Afortunadamente la tecnología y el sentido común acaban ofreciendo respuestas para todas las preguntas. Para evitar la filosofía del miedo a las prohibiciones, algo que en España suele tener bastante rédito político, hay que tener en cuenta que todos los fabricantes están invirtiendo más de 53.000 millones de euros anuales para mejorar la tecnología de sus coches. De cara a 2040 todas las marcas tendrán un catálogo en el que los coches electrificados serán los protagonistas, pero para llegar a ese momento todavía quedan 22 años. En ese tiempo habrá una transición energética y por ello los motores diésel y gasolina serán perfectamente válidos para los próximos 10 años como mínimo.

Teniendo en cuenta que la vida óptima de un vehículo es de 7-9 años, en ese momento el cliente ya podrá dar el salto a la electrificación. Además, se trata de dos tecnologías que en los últimos diez años han bajado su nivel de emisones de CO2, de NOx y de partículas en más de un 80%. No obstante los fabricantes, como Volkswagen, ya han anunciado que esta próxima será la última generación de motores solo de combustión.

Desde el Gobierno se proponen planes de ayuda para la sustitución de coches antiguos (los que realmente contaminan más) por nuevos. Insuficientes, pero a tener en cuenta. El nuevo plan VEA (Vehículos de Energías Alternativas) debía ponerse en marcha en breve, pero hasta que no se aprueben los Presupuestos Generales del Estado, ni un euro. Mientras eso no sucede las ayudas llegan desde las comunidades autónomas que este año invertirán más de 22 millones de euros. Madrid ofrece entre 500 y 5.000 euros para la compra de vehículos propulsados por energías alternativas. Cataluña desarrolla programas de ayuda a la instalación de puntos de recarga y en 2019 invertirá 5,8 millones según apunta en un estudio La Tribuna de Automoción. Para el usuario no hay plan. Andalucía se lleva la palma con casi siete millones de euros entre instalaciones y ayudas directas.

Mirando al mercado, cada vez aparecen más soluciones como la microhibridación (ayuda eléctrica al propulsor en algunos momentos), que permite que los motores diésel y gasolina poder ser considerados ‘ECO’. Audi, Hyudnai y Kia trabajan esta tecnología en esa ‘transición’.

Con ello el panorama que se nos abre a la hora de comprar un coche de etiqueta ‘ECO’ o de emisiones ‘0’ es muy amplio. Como ‘ECO’ están disponibles en el mercado los híbridos, mientras que con etiqueta de cero emisiones aparecen los eléctricos puros, los híbridos enchufables y los de hidrógeno. Los híbridos engloban combinación de motor eléctrico y de combustión (incluyendo los microhíbridos), pero también son híbridos los de gas natural (GNC) y de gas licuado (GLP). Los híbridos enchufable disponen de autonomía eléctrica de unos 50 kilómetros aproximadamente. Hay oferta sostenible, y de calidad (sin olvidar los diésel y gasolina de nueva generación).