La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y su homóloga energética francesa, la Commission de régulation de l'énergie (CRE), han anunciado este martes un acuerdo para tumbar el proyecto de interés común europeo STEP, que correspondería con la primera fase de la interconexión gasista entre los dos países a través de Catalunya conocida como MIDCAT y que preveía una inversión de 3.000 millones de euros para duplicar la capacidad de transportar gas por la frontera. "En su configuración y capacidades actuales, tal como lo han presentado los transportistas, no cumple con las necesidades del mercado y carece de madurez suficiente para ser considerado en una asignación de costes transfronteriza", han argumentado las dos instituciones en un comunicado.

Los dos reguladores han sostenido que las infraestructuras de interconexión son "una herramienta clave para alcanzar los objetivos del mercado interior. La Península Ibérica es una de las regiones que, debido a su posición geográfica, tiene un nivel relativamente limitado de interconexión con el resto del mercado europeo por lo que recomiendan continuar con los esfuerzos hacia una mayor integración de los mercados de electricidad y de gas en el sudoeste europeo".

Sin embaego, las dos comisiones han argumentado que el proyecto presentado "falla al no ofrecer capacidad para contratar de forma firme por los comercializadores, por lo que no ha recibido apoyo en sucesivos test de mercado. Los altos costes de la infraestructura, con el nivel de tarifas que resultan de aplicación, junto con el hecho de que ya se disponga actualmente en la interconexión de capacidad interrumpible, con un bajo nivel de utilización anual, no garantizaría el acoplamiento de precios de gas con el norte de Europa".

Por estos motivos, ambos reguladores han acordado rechazar la solicitud de inversión. Asimismo, han aconsejado la "reconsideración del proyecto por parte de los transportistas promotores de la infraestructura, buscando una solución más eficiente en beneficio de los consumidores". Se trata de la española Enagás y la francesa Teréga, propiedad de la italiana Snam.

Midcat, gasoducto que en principio iba a unir Francia y España en el 2020 a través de 450 kilómetros en su tramo por territorio español (1.250 kilómetros en total), está reconocido como Proyecto de Interés Común (PIC) por parte de la Comisión Europea. Sin embargo, un informe interno del Ejecutivo comunitario del año pasado ya dudaba de su viabilidad económica. La CRE francesa también estima desde hace tiempo que elevaría los precios de la energía sin aumentar la seguridad de suministro. Asimismo, contaba con el rechazo tanto de partidos como Unidos Podemos como de asocaciones ecologistas. Las empresas de gas, en cambio, apoyaban la iniciativa. La segunda fase del proyecto, STEP II, tenía previsto unir el sur y el norte de Francia.