La operación exprés que se ha llevado a cabo en el Popularen las últimas horas no es una venta, es una intervención como la que hizo en su época el Banco de España con Banesto.

Los accionistas del Popular lo han perdido todo, se han amortizado todas las acciones. La entidad tenía más de 300.000 accionistas. Los clientes, sin embargo, mantienen sus ahorros intactos y la liquidez queda garantizada por el Santander, que es quien ha acudido al rescate.

La operación la he hecho el banco que preside Ana Botín sin ayudas públicas, asumiendo todos los activos del banco que preside Emilio Saracho, con quien coincidió en la City de Londres. Solo el tiempo dirá si para los accionistas del Santader es una buena operación o es ruinosa, de momento le costará 7.000 millones que tendrá que conseguir por la via de una ampliación de capital.

El Banco Central Europeo decidió ayer que la entidad no era viable y se lo comunicó a un mecanismo europeo que depende de laComisión Europea llamado Junta Única de Resolución. Esta entidad, de acuerdo con su brazo ejecutor en España que es el Fondo de Resolución Ordenada Bancaria (FROB), han realizado de forma fulminante en la madrugada de hoy el equivalente a las intervenciones que realizaba el Banco de España cuando era el supervisor y regulador. Ahora las autoridades que regulan el sistema financiero están en Bruselas y en Fráncfort.

Se trata de la primera operación de rescate que se hace por este método en Europa, es decir, las autoridades europeas de resolución se han estrenado con el Popular. Una de las mejores cosas que se han hecho tras la crisis del euro ha sido la unión bancaria y la supervisión única situada en Bruselas. Alejar las decisiones de los centros de poder en los que pueden haber conflictos de intereses y actuar rápido y de manera coordinada han evitado el contagio del Popular al resto de los bancos españoles.

Y también han evitado que el banco se deteriore más, ante la pasividad y la mala gestión de Emilio Saracho, que no ha conseguido salvar ni un euro para los accionistas y ha perjudicado la liquidez de la entidad con sus declaraciones públicas sobre la viabilidad del banco.

El que fue el mejor banco de pymes de Europa es hoy ya historia. Por suerte, y gracias a Europa, se ha evitado que el Popular acabe en la órbita de Bankia y los españoles acaben pagando la factura, otra vez. Mala noticia para los accionistas, buena para los contribuyentes.