El embajador de China en España, Lyu Fan, afirmó este miércoles que la ofensiva comercial de EEUU contra el gigante asiático es un "ataque unilateral" que "atropella el legítimo derecho al desarrollo de China". En una intervención en una jornada organizada por el Club Información de Alicante, organizado por Prensa Ibérica, el funcionario chino ha descartado describir la situación actual como de "guerra comercial", al considerar que las "fricciones" son "un ataque unilateral". En su opinión, deben afrontarse mediante la "negociación" y "con buena voluntad para encontrar una solución".

Mientras el Gobierno de Donald Trump carga contra China, ante la amenaza cierta de que el auge económico asiático llegue a debilitar el liderazgo económico estadounidense, Europa firmó este año un acuerdo para regular las relaciones con China, en lo que algunos bautizaron como la nueva ruta de la seda. La cumbre chino-europea de abril sirvió para fortalecer las normas internacionales sobre subsidios industriales. España, por su parte, intenta que las inversiones chinas lleguen al sector de automoción, que atravesará en los próximos años una compleja transición al vehículo eléctrico. El viaje esta semana de la ministra de Industria, Reyes Maroto, a China se enmarca en ese objetivo.

Lyu Fan abordó en Alicante las principales claves del proyecto de Nueva Ruta de la Seda, que pretende crear un nuevo espacio de colaboración económica siguiendo, simbólicamente, este antiguo camino comercial que durante siglos conectó el gigante asiático con el resto del mundo. A preguntas del director del diario 'Información', Tomás Mayoral, el embajador chino ha opinado que las medidas tomadas por la Administración Trump contra la firma tecnológica Huawei son un verdadero "bullying" bajo el "pretexto" de la seguridad nacional. El embajador ha incidido en que Huawei "es una compañía que no recibe fondos del Estado ni militares" y que, sin embargo, "lidera" en el mundo el desarrollo de la tecnología 5G de telecomunicaciones. La tecnología 5G permitirá las comunicaciones inalámbricas a alta velocidad, unas 10 veces más rápidas que con 4G. Ese incremento de eficiencia abrirá la puerta a desarrollos industriales y a aplicaciones todavía por vislumbrar. Que las empresas tecnológicas chinas dominen ese mercado es interpretado por EEUU como una amenaza a su seguridad.