La CEOE ha marcado su primera línea roja en la negociación con los sindicatos y el Gobierno para derogar o modificar la reforma laboral del PP. La subcontratación, uno de los principales ejes de la contrarreforma del Ejecutivo de coalición, no se toca. O al menos en los términos que está ahora mismo encima de la mesa. Así lo expresó ayer la patronal en un comunicado, como principal contenido aprobado por su Junta Directiva. La reacción de la organización presidida por Antonio Garamendi llega un día después de que el Consejo de Ministros aprobara, sin negociación con los agentes sociales, la supresión del despido por encadenar ausencias justificadas.

La CEOE quiso ayer hacer pública su disconformidad sobre un tema troncal -la subcontratación- sobre el que ya coleaba en privado el malestar. Sin detallar el contenido, la CEOE manifestó que «esta propuesta, en sus actuales términos, podría aparejar graves consecuencias para el tejido empresarial y el empleo, y por ello no podemos secundarla».

Desde el Ministerio de Trabajo optaron por la prudencia y por no alimentar fuegos. «Vamos a respetar la discreción del diálogo social», afirmaron fuentes del departamento liderado por Yolanda Díaz. Los sindicatos entienden que la salida de CEOE obedece más a una estrategia negociadora y no a una voluntad de romper con los espacios de concertación a tres bandas. «La CEOE se equivoca, pero no creo que sean capaces de levantarse de la mesa», señaló el secretario de política sindical de UGT, Gonzalo Pino. Desde CCOO declinaron hacer declaraciones. El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, dejó claro que no negociará hoy por hoy cambios en la normativa laboral sobre la subcontratación. En declaraciones a los medios, el líder de la CEOE advirtió de que en la mesa de diálogo social abierta por el Ministerio de Trabajo «no se está hablando de cambios en las normas laborales sino de un cambio de modelo económico».

Pino, de UGT, niega que el problema esté en el contenido de las negociaciones, sino que la patronal lo ve en las aritméticas parlamentarias que pueden permitir al Gobierno tirar adelante las reformas. Unas mayorías que en la anterior legislatura el PSOE no tenía aseguradas. No obstante, fuentes conocedoras de las negociaciones afirmaron que las condiciones en las que el actual Gobierno ha planteado su contrarreforma laboral son más ambiciosas para los intereses sindicales, o lesivas para los patronales, que las del preacuerdo cerrado en diciembre del 2018 entre las centrales y la ex ministra Magdalena Valerio. «Las condiciones pueden ir a más, pero nunca a menos», declaró el secretario de política sindical de UGT.

La prevalencia del convenio de empresa sobre el sectorial, el límite de un año en la ultraactividad de los convenios y la subcontratación son las principales materias que comenzaron a negociar hace un mes patronal, sindicatos y Gobierno.

Hasta ahora la CEOE había reiterado su predisposición para «hablar de todo», aunque ayer la subcontratación, tal como está planteada, se cayó de la mesa.

UGT instó a que la CEOE a presentar su propia propuesta.