Las negociaciones para construir una arquitectura económica a prueba de crisis avanzan, pero no al ritmo que a la Comisión Europea le gustaría y eso que los plazos se agotan. En vísperas de una reunión clave de ministros de economía y finanzas de la Eurozona, Bruselas ha urgido a los gobiernos a completar ya las propuestas pendientes y cumplir lo prometido en diciembre pasado: lograr un acuerdo sobre el presupuesto de la Eurozona y la reforma del Mecanismo Europeo de Estabilidad este mes de junio y empezar a negociar el sistema europeo de garantía de depósitos.

Tras meses de discusiones, las dos primeras cuestiones llegan este jueves abiertas a la mesa de un Eurogrupo, el organismo encargado de terminar de diseñar el pacto que los jefes de estado y de gobierno deberán refrendar en la cumbre de la Eurozona del viernes 21 de junio. Nos acercamos a un período económico más difícil. Este es un momento clave, ha recordado el vicepresidente del euro, Valdis Dombrovskis.

Pese a la ambición inicial todo apunta a que el llamado instrumento presupuestario de convergencia y competitividad, una especie de embrión de presupuesto de la zona euro, será mucho menos ambicioso de lo que algunos pretendía y se limitará a apoyar a los países que realicen reformas. Además, estará integrado dentro del marco financiero plurianual el presupuesto de la UE- con un montante todavía por definir pero que previsiblemente quedará por debajo de los 25.000 millones que propuso inicialmente la Comisión.

Una vez disipadas las tensiones por el reparto de competencias entre el Mecanismo Europeo de Estabilidad y el Ejecutivo comunitario, Bruselas espera que los ministros estén a la altura de sus responsabilidades y finalicen la reforma del fondo europeo de rescate para que pueda actuar como red de seguridad en caso de quiebras bancarias y pueda aportar líneas de liquidez para ayudar a los países en dificultades bajo un proceso rápido y claro.

Mucho más complicado será mantener con vida el sistema europeo de garantía de depósitos (EDIS en inglés), la tercera pata de la unión bancaria, que no termina de despegar por las resistencias de Alemania y otros países del norte a pagar los errores de los bancos de los países del sur. Es de lamentar que la situación siga bloqueada y que no haya habido progresos tangibles y eso pese a la reducción de los riesgos financieros, ha lamentado Domvrovskis.

REDUCCIÓN DE CRÉDITOS MOROSOS

Los números de la Comisión Europea apuntan a un cambio de tendencia. El porcentaje de créditos morosos se ha reducido a más de la mitad desde mediados de 2014 y durante el tercer trimestre de 2018 se redujeron un 3,3% más (un 4% España), según el cuarto informe publicado por la Comisión Europea. El documento cifra en 786.000 millones de euros el volumen de préstamos de dudoso cobro en la UE. Grecia sigue siendo el país con un mayor porcentaje (43,5%), por delante de Chipre (21,8%), Portugal (11,3%), Italia (9,5%), Irlanda (7,8%) y Eslovenia (6,9%).