La última multa que la Comisión Europea le impulso al gigante tecnológico Google fue de 2.420 millones de euros hace un año por abusar de su posición dominante en las búsquedas en línea, al favorecer de forma sistemática a su comparador de precios ‘Google shopping’. Un año después, la multinacional estadounidense se enfrenta a una nueva sanción por la posición dominante en el mercado de su sistema operativo Android que utilizan el 80% de los dispositivos móviles inteligentes y equivalente al iOS de Apple. La sanción esta vez, según el diario belga 'Le Soir', podría alcanzar los 4.000 millones.

El montante definitivo lo cerrará el colegio de comisarios previsiblemente en su última reunión antes del parón estival prevista para este miércoles. De confirmarse la cifra sería una multa récord y la más alta impuesta a una empresa por los servicios de la competencia europeos. Según las reglas, Bruselas puede imponer multas de hasta el 10% de la cifra de negocio global lo que en caso de Alphabet, la matriz de Google, equivaldría a un máximo de 94.000 millones de euros.

La decisión, según la agencia Reuters, estaba previsto anunciarla la semana pasada aunque el Ejecutivo comunitario decidió meterla unos días en la nevera a la espera de que Donald Trump concluyera su viaje de una semana a Europa para participar en cumbre de líderes de la OTAN y reunirse con el presidente ruso, Vladimir Putin. El anuncio coincide, en todo caso, con un momento particularmente difícil en las relaciones entre la Unión Europea y Estados Unidos, con los ánimos inflamados por los recientes aranceles al acero y aluminio impuestos por la administración de Donald Trump y las represalias adoptadas por la UE en respuesta.

Según ha confirmado este martes la Comisión Europea, su presidente Jean-Claude Juncker tiene previsto mantener un encuentro en la Casa Blanca, el próximo miércoles 25 de julio, con su homólogo estadounidense con dos objetivos en mente: de mejorar el comercio trasatlántico e intentar formar “una asociación económica más estrecha”. La decisión, sobre la que Bruselas lleva trabajando meses y meses, podría enturbiar todavía más ese esperado encuentro.

La investigación sobre el sistema operativo Android arrancó en 2015. El 20 de abril de 2016 el Ejecutivo comunitario remitió a la empresa un pliego de cargos en el que acusaba a la multinacional de obligar a los fabricantes de dispositivos móviles, como Samsung, a preinstalar como primera aplicación por defecto su sistema de búsqueda lo que vulnera las normas de la libre competencia. Además, Bruselas acusó a Google de prohibir a los fabricantes la venta de dispositivos que funcionen con sistemas operativos de la competencia y, por último, de conceder incentivos financieros para la preinstalación exclusiva del ‘google search’.