La movilidad eléctrica juega un papel clave en la descarbonización del transporte y en la reducción de emisiones de CO2 y, sobre todo, abre perspectivas muy importantes para Europa en términos de crecimiento económico, creación de empleo y desarrollo tecnológico. La Comisión Europea está convencida del "carácter estratégico" y del potencial del sector de las baterías y este lunes ha dado luz verde a un proyecto paneuropeo promovido por siete países de la UE que contempla una inyección de 3.200 millones de euros en ayudas públicas.

Se trata de Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Finlandia, Polonia y Suecia que durante los próximos años destinarán millones de euros a la investigación y el desarrollo de baterías, con montantes que oscilarán entre los 1.250 millones que aportará Berlín, los 960 millones de París o los 570 millones de Roma hasta los 30 millones de Helsinki o los 50 del Gobierno sueco. El objetivo de los promotores, no obstante, es movilizar 5.000 millones de euros suplementarios en inversiones privadas.

"Es una buena noticia para el empleo pero también para la soberanía económica y la tecnología europea. Uniendo los conocimientos de los diferentes actores europeos toda la cadena de valor de las baterías podrá desplegarse en suelo europeo. La industria del automóvil no estará obligada a importar baterías producidas al otro lado del mundo y podrá ofrecer a los europeos vehículos eléctricos verdaderamente verdes", ha celebrado el ministro francés de finanzas y uno de los protagonistas de la historia, Bruno Le Maire. En su opinión, proyectos como este permitirán a Europa desarrollar una producción propia sólida en el continente europeo y acercarse hacia la neutralidad climática en el año 2050.

PROYECTO HASTA 2031

Después de tres meses de discusiones técnicas, el proyecto fue notificado oficialmente al Ejecutivo comunitario en octubre pasado y en apenas dos meses los técnicos comunitarios han despejado dudas y han dado su visto bueno al considerar que cumple con todos los requisitos para ser calificado como proyecto de interés europeo. La producción de baterías en Europa tiene interés estratégico para nuestra economía y nuestra sociedad por su potencial en términos de movilidad limpia y energía, creación de empleo, sostenibilidad y competitividad, ha defendido la vicepresidenta y responsable de adaptar Europa a la era digital, Margrethe Vestager.

Según ha explicado la Comisión Europea, el plan contará con 17 participantes directos, principalmente actores industriales entre los que figuran pequeñas y medianas empresas, algunas de ellas con presencia en varios Estados miembros. Estos 17 participantes colaborarán, no obstante, con 70 socios externos y el proyecto concluirá en 2031. Gracias a los intensos esfuerzos de siete Estados miembros, la industria y la Comisión está emergiendo el primer gran ecosistema paneuropeo de baterías, con proyectos piloto en todos los segmentos de la cadena de valor estratégico, ha destacado el vicepresidente de relaciones interinstitucionales, Maros Sefcovic, que considera clave una colaboración estrecha y más concertación.

El proyecto abarcará la investigación y el desarrollo en toda la cadena de valor del sector de las baterías, desde la extracción y el procesamiento de materias primas o la producción de materiales químicos avanzados hasta el reciclaje y la reutilización de baterías usadas o el diseño de módulos de baterías y su integración en sistemas inteligentes. El plan diseñado por los siete países también se centrará en mejorar la sostenibilidad ambiental para reducir la huella de carbono y la cantidad de residuos producidos en las distintas etapas así como el desmantelamiento y reciclaje.