La reacción de los mercados a la crisis política de Cataluña se ha mantenido hasta ahora "contenida". Aún así, la Comisión Europea alerta en nuevas previsiones económicas de otoño de que "los riesgos existen" y de que podría tener en el futuro un impacto sobre el crecimiento español aunque al contrario que otros organismos como el Banco de España o el propio Gobierno español elude en sus nuevos cálculos anticipar en estos momento el posible impacto.

"Las reacciones de los mercados a los recientes acontecimientos en Cataluña se han mantenido contenidos. Los riesgos de que los futuros desarrollos podrían tener un impacto sobre el crecimiento existen" aunque "el tamaño (de ese impacto) no puede ser anticipado en estos momentos", señala el informe elaborado por la dirección general de asuntos económicos de la Comisión Europea. Máxima prudencia por tanto del Ejecutivo comunitario que al contrario que el Banco de España o la AIReF (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal) ha optado por no cuantificar el impacto.

El Banco de España es el organismo público que hasta ahora se ha mostrado más pesimista. En su último informe de estabilidad financiera cifra, en el peor escenario posible, en 2,5 puntos del PIB o 2.500 millones de euros el posible impacto de la crisis catalana entre finales de 2017 y 2019. La AIReF, mientras tanto, ha situado el impacto potencial entre un 0,2% del PIB y un 1,2% si la incertidumbre se prolonga durante todo el ejercicio lo que significaría un impacto de 12.000 millones. Esta semana, el servicio de estudios de BBVA augura una potencial reducción del PIB del 1,1% en el crecimiento económico de 2018.

Bruselas, en cambio, ha optado por no adelantarse y en su nuevo cuadro macroeconómico sitúa la previsión de crecimiento para el próximo ejercicio en el 2,5%. Se trata de tres décimas menos de lo que anticipó en primavera pasada pero dos décimas por encima todavía del dato avanzado por el Gobierno español, del 2,3%, que si ha estimado en unos cinco décimas o 5.000 millones de euros el impacto por la incertidumbre en Cataluña, tal y como volvió a admitir el ministro de economía, Luis de Guindos, tras el Ecofin celebrado esta semana en Bruselas.

El nuevo cuadro confirma que el crecimiento en 2017 será del 3,1% pero rebaja la previsión para 2019 al 2,1% frente al 2,4% que auguraba hace seis meses. "La actividad económica se aceleró en la primera mitad de este año, apuntalada por el consumo privado y las exportaciones" y "se prevé que el crecimiento seguirá siendo sólido pero irá cayendo impulsado por la desaceleración del consumo privado", señala la Comisión.

Déficit, deuda y paro

En cuanto a la previsión de déficit pública, el nuevo cuadro sitúa el desvío en agujero en las cuentas públicas de este año en el 3,1%. En 2018, el déficit público se situará en el 2,4% y en el 1,7% en 2019. Una evolución que tampoco está exenta de riesgos y que “se relacionan principalmente con los pasivos contingentes”. En particular el impacto de cualquier liquidación que implique a las autopistas de peaje en dificultades y la incertidumbre sobre el presupuesto de 2018.

La Comisión también augura que la deuda pública seguirá cayendo del 98,4% previsto para este año al 96,9% en 2018 y 95,5% en 2019. Y lo mismo ocurrirá con la tasa de desempleo gracias a la aceleración en la creación de empleo. Del 17,4% que Bruselas estima para este año se reducirá al 15,6% en 2018 y al 14,3% en 2019 lo que significa 12 puntos menos que el pico registrado en 2013.