Apenas unas horas después del arranque oficial de la campaña electoral, el incierto escenario posterior a los comicios ya preocupa públicamente a las grandes empresas. La presidenta del Santander, Ana Botín, reclamó ayer a los partidos «responsabilidad y madurez» y «huir del cortoplacismo» tras el 28-A.

España, defendió en la junta de accionistas del banco, necesita un «pacto por el crecimiento inclusivo» y, «a la vista de las encuestas, esta no será tarea de un solo partido», con lo que «va a ser necesario llegar a acuerdos entre distintas fuerzas políticas». Dicho en plata, pidió a los políticos que eviten una situación de bloqueo similar a la de las elecciones de diciembre del 2015, que hubo que repetir en junio del 2016.

Eso sí, Botín abogó por un pacto de líneas básicas muy concretas. «Sabemos lo que funciona, y sobre todo sabemos lo que no funciona», sostuvo antes de «pedir a los políticos que hablen claro». Lo indispensable, defendió, es apostar por la sostenibilidad presupuestaria y por que las pensiones sean «suficientes para tener una vida digna, pero que a su vez sean sostenibles». También es «crítica» la existencia de «solidez y estabilidad institucional» para atraer la inversión extranjera.

La ejecutiva se declaró «orgullosa» de España, como la «gran mayoría» de sus ciudadanos, y alabó como sus principales fortalezas a los españoles y a los servicios públicos. Pero el país, advirtió en lo que sonó como una petición de un pacto de Estado, necesita una educación de «primer nivel», con un compromiso permanente por dicho sector «gane quien gane, gobierne quien gobierne».

Para invertir más en educación, es necesario generar los recursos que hacen falta para los servicios públicos. «Una economía fuerte es la gallina de los huevos de oro. Todos queremos justicia social e igualdad de oportunidades. Pero para tenerlas necesitamos tener crecimiento económico. El objetivo no es solo crecer, sino que los beneficios del crecimiento lleguen a todos», argumentó.

También defendió que el país «puede y debe recuperar protagonismo en la construcción europea» y sostuvo que la UE «es la solución y no el problema». Un mensaje con el que quería alertar sobre los «programas y políticos que cuestionan, y en ocasiones desean debilitar, el orden económico liberal» de la últimas décadas. «El brexit es nuestro canario en la mina que nos avisa de los peligros que pueden venir si ignoramos estas oleadas o minimizamos las preocupaciones que millones de personas tienen sobre sus trabajos, su prosperidad y su futuro».

En un encuentro previo con la prensa, Botín se mostró deseosa de que una mujer llegue a la presidencia del Gobierno algún día. Asimismo, aseguró que la «volatilidad política» ya no es solo cosa de mercados emergentes y hay que acostumbrarse a que se haya instalado en zonas como Estados Unidos y la Unión Europea. Además, negó estar interesada en comprar bancos alemanes, en referencia a las negociaciones de unión entre Deutsche Bank y Commerzbank, y afirmó que aún tienen que pasar «seis o siete cosas» para que se produzcan fusiones transfronterizas en Europa.

AJUSTE POPULAR / La banquera también avanzó que en las próximas semanas comenzarán las negociaciones con los sindicatos sobre el ajuste de oficinas y plantilla que planea para cerrar la absorción del Popular que concluirá en julio. El Santander ha pagado ya 357 millones a afectados por las cláusulas suelo del Popular y tiene reservados otros 104 millones para más sentencias desfavorables, además de guardar otros 145 millones para compensar a los accionistas de aquel banco que perdieron su dinero (ya gastó otros 535 millones para dar un bono a parte de ellos, que han recuperado el 81% de su inversión).

La presidenta, asimismo, aseguró que no contempla pactar con Andrea Orcel pese a la demanda que el banquero medita contra la entidad, que anunció su fichaje como consejero delegado en septiembre y lo descartó en enero para no tener que pagarle más de 50 millones por retribuciones que iba a dejar de percibir en UBS y que inicialmente pensó que iba a poder rebajar por su relación de años con la entidad suiza.