La jornada ha estado marcado por un aumento significativo de la negociación, al producirse la denominada 'cuádruple hora bruja', es decir, la fecha en la que coindicen los vencimientos trimestrales de opciones y futuros. De la agenda macroeconómica, la principal referencia ha sido la batería de datos de, índice de gestores de compras (PMI) preliminares de junio. En el caso de Europa, se repite el mal dato de manufacturas registrado en mayo, ya que el indicador apenas ha subido una décima, hasta 47,8 puntos por lo que sigue en zona de contracción. Esto no sucede en el sector servicios, que sube de 52,9 a 53,4 puntos y sí que muestra expansión en este segmento.

No van mucho mejor las cosas en EEUU, ya que el PMI manufacturero baja hasta 50,1 y roza la zona de recesión para mostrar su peor cara desde el 2009; así, el dato parece ser un preludio de una fuerte desaceleración, si no cambian las cosas. El PMI de servicio ha retrocedido hasta 50,7, siendo este el peor dato desde marzo de 2016.

Queda atrás una semana conprotagonismo absoluto para los bancos centrales. Tanto el BCE como la Reserva Federal han confirmado estos días lo que era un secreto a voces. Dada su preocupación por la desaceleración económica y su incapacidad para llegar al objetivo de inflación, ambos organismos han lanzado un mensaje claro al mundo: habrá un giro en la política monetaria. En caso de mover los tipos, lo harán a la baja, y de hecho el BCE no descarta retomar un programa de compra de activos si fuera necesario.

Así el Ibex 35 se ha anotado una subida de 0,20% hasta 9.227,20. El repunte semanal, no obstante, es de 0,36%, por lo que se ha quedado atrás en la dinámica alcista de los mercados.