El presidente del Banco Central Europea (BCE), Mario Draghi, expresó ayer su preocupación por la moderación «generalizada» de la economía de la zona y advirtió de que los riesgos para el crecimiento de la zona euro por «la amenaza del aumento del proteccionismo se han vuelto más prominentes». Así lo afirmó Draghi en la rueda de prensa posterior a la reunión del consejo de gobierno de ayer en la que el BCE decidió mantener el precio del dinero en el 0% y un ritmo de compra de activos de 30.000 millones de euros cada mes, sin emitir ninguna señal de normalización de su expansiva política monetaria.

«Después de varios trimestres de un crecimiento más alto de lo esperado, la información disponible desde nuestra reunión a comienzos de marzo apunta cierta moderación», dijo Draghi. Y en el habitual lenguaje que emplea el BCE, este se puede interpretar como una menor premura para subir los tipos de interés. En general, si la economía crece menos -como constata el BCE- la expectativa de inflación es menor y eso aleja el horizonte temporal en el que el BCE espera ver cumplido su objetivo de situar el IPC en la zona euro «por debajo, pero cerca del 2%» (en marzo se situó en el 1,3%). «Los datos confirman que un amplio grado de estímulo monetario sigue siendo necesario», dijo Draghi, antes de apelar a una combinación de «prudencia, paciencia y persistencia» en las futuras decisiones de política monetaria.

COMERCIO INTERNACIONAL / Desde enero, Draghi advierte en cada ocasión sobre los riesgos para la economía que representa el «proteccionismo» en el comercio internacional que alienta el presidente de EEUU, Donald Trump. Ayer, la advertencia de Draghi fue más genérica.

Los mercados financieros entendieron el mensaje de una ausencia de prisa por subir los tipos de interés. El euro reaccionó con una caída hasta los 1,211 dólares, su nivel más bajo desde mediados de enero, y las principales bolsas de la zona euro cerraron al alza tras conocerse la decisión del BCE de mantener sin cambios su política monetaria (el Ibex ganó el 0,45%).

El precio oficial del dinero, por tanto, seguirá en el 0%, mientras que la facilidad marginal de crédito (el dinero que cobra a los bancos por prestarles) se mantendrá el 0,25% y la facilidad de depósito (el dinero con que remunera a los bancos por guardarles el dinero) permanecerá en el -0,40% (es decir, que les cobra en lugar de pagarles). «El Consejo de Gobierno espera que los tipos de interés oficiales del BCE se mantengan en los niveles actuales durante un período prolongado que superará con creces el horizonte de sus compras netas de activos», reiteró el organismo en su comunicado.

También permanece sin cambios el ritmo del programa de compra de deuda, de 30.000 millones de euros al mes «hasta el final de septiembre de 2018 o hasta una fecha posterior si fuera necesario».

Draghi aprovechó su comparecencia para agradecer la labor del vicepresidente del organismo, el portugués Vitor Constancio. La de ayer fue la última reunión del consejo de gobierno en la que participó Constancio. Su puesto será ocupado en la próxima reunión del 14 de junio, en Riga, por su sustituto, el exministro español Luis de Guindos.