El incremento de la presión del Banco Central Europeo (BCE) comienza a dar sus frutos. Siguiendo los pasos de Kutxabank y el Santander, el BBVA anunció ayer que ha llegado a un acuerdo con el fondo Cerberus para sacar de su balance activos inmobiliarios por valor de unos 13.118 millones de euros. Con esta operación y el traspaso de 1.200 millones en activos a Metrovacesa en julio, su exposición al ladrillo va a quedar reducida a en torno al 30% de los 20.190 millones con que cerró junio, fecha que se ha tomado como referencia para la operación, o del 26% de los 17.774 millones de septiembre.

El supervisor europeo está empujando a las entidades a reducir sus activos improductivos porque merman sus rentabilidades y lastran la concesión de créditos. Muchas entidades lo han cumplido vendiendo carteras de activos, pero ya son tres los bancos que lo han hecho casi en bloque. La recuperación del sector inmobiliario y las provisiones hechas en los últimos años permiten ahora a las entidades venderlos a inversores especializados a precios más altos que en el pasado.

El BBVA, así, explicó que estima que el impacto de la operación en su beneficio «no será significativo». Es decir, que le provocará minusvalías pero de una cuantía moderada. Al cierre del segundo trimestre, sus provisiones cubrían el 57% del conjunto de activos inmobiliarios deteriorados y del 63% en el caso concreto de los adjudicados (inmuebles recibidos por impagos de deudas), lo que implica que puede venderlos con un descuento de hasta el 43% y el 37%, en cada caso, sin sufrir pérdidas adicionales.

El banco indicó que traspasará a una nueva sociedad 78.000 activos adjudicados, ubicados principalmente en Cataluña, Madrid y Valencia. En su balance se quedarán básicamente los créditos ligados al sector del ladrillo (5.872 millones en junio). La nueva firma también recibirá los activos y empleados necesarios para la gestión del negocio.

Cerberus le comprará el 80% de esa sociedad, que ha sido valorada en unos 5.000 millones, con lo que el BBVA recibirá unos 4.000 millones de ingresos. Las cifras definitivas pueden variar en el momento de cierre de la operación, previsto para la segunda parte del año que viene. El banco calcula que entonces, además del mencionado impacto negativo en sus resultados, podrá apuntarse un incremento «ligeramente positivo» en su capital.

MENOR EXPOSICIÓN RELATIVA

El grupo afirmó que la operación le permitirá tener la exposición relativa al sector más baja de las principales entidades españolas. «Esta operación es sumamente importante porque reduce de manera muy significativa nuestra exposición a una actividad ajena a nuestro negocio principal y nos permite reforzar nuestro proceso de transformación», aseguró su consejero delegado, Carlos Torres Vila, en una nota.

John Snow, presidente de Cerberus y exsecretario del Tesoro de Estados Unidos, también se manifestó por la misma vía: «(La operación) acentúa nuestra confianza en el continuo crecimiento económico de España, donde planeamos llevar a cabo importantes inversiones adicionales». Se trata, de hecho, de la segunda transacción que el BBVA realiza con Cerberus este año. El fondo, que en el último par de años había realizado pocas operaciones en el país, compró recientemente al banco créditos ligados a promociones inmobiliarias inacabadas por valor de 600 millones de euros.

El acuerdo también contempla que Haya Real Estate, filial de Cerberus especializada en controlar y comercializar activos inmobiliarios, se ocupe de los inmuebles que le queden al BBVA una vez completada la operación.