Los datos. Ese es el elemento esencial, conocido como "el petróleo del siglo XXI", que impulsa a las grandes tecnológicas y el que, a juicio de los grandes bancos centrales del mundo, debería tenerse en cuenta para regular la actividad financiera de estas compañías.

Estas recomendaciones se incluyen en uno de los apartados del informe económico anual del Banco de Pagos Internacionales (BPI) dado a conocer este domingo. El documento analiza la incorporación de grandes empresas tecnológicas (las denominadas 'big tech', como Alibaba, Amazon, Facebook, Google y Tencent) al sector de los servicios financieros, incluidos los pagos, el ahorro y el crédito. Las conclusiones del BPI se alinean con las reclamaciones de la mayoría de bancos de todo el mundo, que exigen competir con las tecnológicas en igualdad de condiciones.

ACCESO A SERVICIOS

En el lado positivo, según el informe, la entrada de estos nuevos operadores "podría dotar de mayor eficiencia al sector y mejorar el acceso a estos servicios". Pero también plantea "nuevos riesgos". En el capítulo especial del informe dedicado a este apartado, el BPI alerta del acceso de las 'big tech' a los datos de sus actuales plataformas. "Esto podría provocar una veloz transformación del sistema financiero, con la aparición de empresas dominantes que podrían acabar por reducir la competencia", advierten.

Las 'big-techs' cuentan con enormes bases de datos de los usuarios con los que ofrecen servicios para explotar los efectos de red y, a la vez, generan más información, como en una especie de carrusel.

INCLUSIÓN FINANCIERA

El BPI señala que estas compañías ofrecen "numerosos beneficios potenciales, como una mayor eficiencia en la prestación de servicios financieros, la agilización de la inclusión financiera y la promoción de ventajas asociadas en la actividad económica".

Pero la contrapartida, además de con la estabilidad financiera tiene que ver con la protección del consumidor. Para afrontar estos retos, "se hace imprescindible lograr un equilibrio óptimo entre la estabilidad financiera, la competencia y la protección de los datos. Los reguladores han de garantizar unas condiciones competitivas equitativas, teniendo en cuenta las grandes bases de clientes y los particulares modelos de negocio de las 'big tech', según el informe.

"El objetivo debería ser reaccionar a la entrada de las 'big tech' en los seervicios financieros aprovechando sus ventajas y limitando sus riesgos", afirma Hyun Song Shin, aseesor conómico y jefe de estudios del BPI. "Las políticas públicas han de formularse aplicando un enfoque más integral que combine la regulación financiera, la política de la competencia y la regulación de la privacidad de los datos", agrega.

Conforme esta incorporación de las 'big tech' a los servicios financieros se acelere y deje atrás el ámbito de la regulación vigente y las fronteras geográficas, los responsables de las políticas públicas necesitarán mecanismos institucionales que les ayuden a trabajar y aprender juntos. La coordinación entre las autoridades —a escala nacional e internacional— "es crucial para afinar y ampliar sus herramientas regulatorias", concluye el estudio.