En medio de un escenario de sucesivas revisiones a la baja de las previsiones de crecimiento de la economía mundial y de la zona euro, el Banco de España sorprendió ayer al mantener para la economía española la misma estimación que en el mes de diciembre. El organismo sostiene que el PIB crecerá el 2,2% en 2019; el 1,9% en 2020 y el 1,7% en el ejercicio 2021 si bien augura un frenazo en seco de la creación de empleo que atribuye a la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) del 22% desde enero pasado.

El Banco de España publicó ayer su informe trimestral de proyecciones macroeconómicas de la economía española para el periodo del 2019 al 2022 que, si se comparan con las de diciembre, no solo mantienen las previsiones de crecimiento del PIB; también mejoran en una décima las previsiones de empleo (a pesar del frenazo), rebajan en cuatro décimas la estimación de inflación para este año (al 1,2%) y empeoran en una décima la del déficit público para el 2019, hasta el 2,5 del PIB.

El Banco de España prevé que el déficit apenas bajará del 2,7% del PIB estimado por el organismo para 2018 al 2,5% en 2019, con lo que se situará casi el doble por encima del objetivo oficial del 1,3% fijado en la Plan de Estabilidad. Todo ello en un contexto de «indefinición» de la política fiscal derivada de la prórroga presupuestaria y de la aprobación de decretos por parte del Gobierno que, por una parte, han aumentado algunos gastos y, por otra, han mejorado la previsión de ingresos de la Seguridad Social.

Lo cierto es que tampoco se hubiera cumplido el objetivo de déficit del 1,3% del PIB de haberse aprobado el proyecto de Presupuestos del Gobierno ya que, según las estimaciones del Banco de España, las medidas hubieran llevado el déficit público hasta el 2% del PIB.

La conclusión general a la que llega el Banco de España sobre la economía es que «las proyecciones anticipan la prolongación de la fase alcista del ciclo, con una desaceleración gradual», según el Banco de España.

LA INCERTIDUMBRE / No obstante, los riesgos se mantienen «a la baja» por la debilidad del contexto exterior y de la zona euro, el brexit y el proteccionismo comercial. En el ámbito interno, la prórroga presupuestaria y el escenario electoral mantiene «un elevado grado de incertidumbre acerca de la orientación futura de las políticas económicas y, en particular, de la reanudación del proceso de consolidación fiscal, que es necesario para reducir la vulnerabilidad de la economía», según el Banco de España.

Según los cálculos del organismo regulador, la clave de este frenazo en el empleo reside en la reciente subida del 22% del salario mínimo interprofesional (SMI), que restará siete décimas a la creación de puestos de trabajo (desde el 2,3% al 1,6%). Esto supone una reducción de 125.000 puestos en el nivel total de empleo.

Se estima que la tasa de paro pasará del 15,3% sobre la población activa en 2018 al 14,2% en 2019 (una décima por debajo de lo proyectado) para bajar al 13,2% en 2020 y al 12,3% en 2021.