El Banco de España ha elevado su previsión de crecimiento de la economía española en el 2017 hasta el 2,8%, tres décimas más de lo que calculó en diciembre. El Gobierno estimó el pasado viernes una expansión del 2,5%, pero el ministro de Economía, Luis de Guindos, ya advirtió que era un previsión conservadora y que los expertos iban a publicar en breve cálculos más elevados. El organismo gobernado por Luis María Linde también ha revisado al alza sus estimaciones del 2018 y el 2019 hasta el 2,3 % y el 2,1 %, dos décimas y una décimas más, respectivamente.

La institución ha explicado en su informe trimestral esta mejora por el comportamiento más favorable de lo esperado de la economía durante el primer trimestre del año, en que creció el 0,8%, una décima más que el cuarto trimestre del 2016. También porque la actividad y el comercio globales apuntan a un comportamiento más expansivo de los mercados exteriores, lo que ha motivado una revisión al alza del crecimiento de las exportaciones. Por último, ha considerado que las importaciones van a tener un aportación más positiva de lo esperado por su comportamiento menos dinámico.

El servicio de estudios del Banco de España prevé, asimismo, que el mantenimiento de ritmos "elevados" de creación de empleo. Tras crecer el 2,9% el año pasado, aumentará el 2,6% este ejercicio, y el 1,9% en los dos siguientes. Ello permitirá reducir la tasa de paro al 16,7% a finales del 2016, al 15,4% en el 2018 t al 13,9% en el 2019.

INFLACIÓN AL ALZA

En cuanto a la inflación, que cayó el 0,2% el año pasado, los analistas del regulador han revisado al alza cinco décimas su proyección del 2017, hasta el 2,2%, por la reciente "intensa aceleración" de los precios de la energía. En los dos años siguiente irá bajando al 1,4% y al 1,6%. La subyacente (que no tiene en cuenta estos precios energéticos), irá subiendo desde el 1,1% de este año al 1,8% en el 2019 por el "progresivo repunte de los costes laborales unitarios".

El organismo estima que la traslación de estos mayores precios energéticos a los salarios y a los precios que cobran las empresas por sus productos y servicios será "modesta", ya que dos tercios de los incrementos salariales que se aplicarán este año provienen de convenios pactados los dos últimos años. La reducción de la renta disponible de las familias que supone el alza del IPC, han añadido, explica en parte la moderación del consumo, pero los agentes económicos "interpretan" que es un impacto "transitorio" y utilizarán sus ahorros para mantener su patrón de consumo, al tiempo que los nuevos empleados empiezan a consumir.