Polémicas como las de las cláusulas suelo o los gastos hipotecarios han deteriorado notablemente la imagen de la banca en la última década. Pero el sector cree que está cerca de pasar página y de que el alza que desde hace años experimentan sus conflictos legales con la clientela se revierta. «No nos parece que vaya a seguir en el tiempo», aseguró ayer José María Roldán, presidente de la patronal de los bancos (AEB).

El directivo reconoció que el riesgo de que los bancos sufran pérdidas por estas disputas legales ha subido de forma «significativa» en los últimos años, sobre todo por las hipotecas. También se declaró «sorprendido» porque esta litigiosidad se haya encauzado mediante demandas colectivas, como es tradicional en EEUU, algo para lo que ni el sector ni la justicia estaban «preparados», lo que ha provocado una «sobrecarga de los juzgados».

En cualquier caso, se mostró convencido de que «irá a menos». En esta línea, restó importancia al incremento de las reclamaciones de clientes ante el Banco de España del 2017: se trata de «problemas particulares» con un peso relativo pequeño en relación con la cartera total de préstamos. «Tenemos la confianza de nuestros clientes y queremos mejorarla», afirmó antes de defender que los pronunciamientos del Banco de España al respecto no pueden ser vinculantes por temas legales. Por ello, apostó por avanzar hacia un sistema de arbitraje cuyos laudos sean aceptados por las partes.

El líder patronal admitió que España deber ser capaz de «mejorar» la capacidad adquisitiva de los jóvenes que se incorporan al mercado laboral, pero haciéndolo compatible con ganancias de competitividad que permitan reducir el déficit exterior. De esta forma, evitó abogar abiertamente por una subida general de los salarios. El debate debe centrarse, sostuvo el directivo de la AEB, en cómo lograr que la recuperación sea «más inclusiva y no haya un problema de diferencias generacionales inaceptables».

Tras ser elegido por la asamblea de la AEB para un segundo mantado, Roldán abrió la puerta a una fusión en los próximos cuatro años con la patronal de las cajas, la CECA, presidida por Isidre Fainé. También pidió al Gobierno que trate de «maximizar la recuperación» de ayudas en Bankia, aunque admitió que «no es fácil conseguirlo», al tiempo que ha pedido a Europa una mayor transparencia sobre la resolución del Popular, aunque esta nueva pueda ser «plena».

Roldán aseguró que los bancos están «mejor preparados» para proteger la privacidad de sus clientes que otras empresas de otros sectores, porque están acostumbrados a una regulación y supervisión «muy intensa». Frente a ello, criticó directamente a gigantes tecnológicos como Facebook, que se «ahogan cuando tienen que lidiar» con la regulación.

Los bancos tradicionales (no surgidos de cajas de ahorro) ganaron el año pasado 12.060 millones, lo que supone un aumento del 5,3% sin tener en cuenta al Popular. En el negocio en España, donde sí aparecen los números rojos del banco desaparecido (13.650 millones), las entidades perdieron 6.532 millones. La AEB calcula que en tres años los resultados estarán normalizados, prevé más cierres de oficinas y no descarta nuevas fusiones.