La compañía francesa Alstom y la alemana Siemens han firmado un acuerdo de fusión con el que crearán un gigante europeo en el sector ferroviario con un volumen de negocios de 15.300 millones de euros. El objetivo del acuerdo es "combinar las actividades de movilidad de Siemens, que incluyen su sección de tracción ferroviaria, con Alstom", señaló el comunicado conjunto. Siemens controlará el 50 % de las acciones de la nueva empresa fusionada. Las dos compañías comunicaron también que el Estado francés no ejercerá la opción de compra de acciones en Alstom.

Las acciones del grupo industrial alemán Siemens subían más de un 1% en los primeros compases de la sesión de este miércoles, mientras que las del francés Alstom ampliaban sus ganancias por encima del 7%.

El Estado tiene actualmente un 20% de los títulos de Alstom gracias a los títulos prestados por el grupo Bouygues, que se hubiesen hecho efectivos si el Estado hubiese desembolsado hasta el 17 de octubre 1.000 millones de euros. Se trata de "la firma de un protocolo de acuerdo que garantiza la exclusividad para que sus actividades de movilidad se unan en una fusión entre iguales", indicaron las dos empresas.

Compromiso

La transacción, no obstante, está pendiente de la aprobación de los reguladores y será consultada a los comités de empresa, por lo que se espera que esté concluida a finales de 2018. Si Alstom decide romper el acuerdo con Siemens, deberá indemnizar a la firma alemana con 140 millones de euros. El grupo resultante, que estará bajo la dirección del actual responsable de Alstom, Henri Poupart-Lafarge, cotizará en la Bolsa de París y tendrá su sede en la región parisina.

Polémica

La operación ha creado polémica en Francia, pues los partidos opositores al Ejecutivo del socioliberal Emmanuel Macron han acusado al Gobierno de desmantelar la industria francesa y de claudicar ante los intereses alemanes. Sin embargo, el Gobierno francés aseguró que los puestos de trabajo de Alstom se mantendrán y que el gobierno de la nueva empresa será equilibrado.

Alstom está considerada una de las empresas industriales de bandera en Francia y se labró fama internacional por ser el fabricante del tren de alta velocidad (TGV) con el que el país galo fue pionero en este tipo de transporte.