La tendencia de los consumidores a comprar productos saludables ya es una realidad pero, en cambio, la compra por internet todavía tiene que llegar y asentarse. Esa es una de las principales conclusiones del estudio que presentó esta semana Xavi Cros, responsable del departamento de estudios de Aecoc, la asociación que reúne a los principales fabricantes y distribuidores de España, durante el congreso celebrado en Valencia.

Cros explicó que el 45% de las personas consultadas tienen decidido comprar productos saludables el próximo año, que el 31% piensa adquirir productos sin azúcar añadido o bajo contenido en este ingrediente y que el 29,9% tiene previsto hacerse con productos eco/bio. De hecho, el 44% dice haber consumido alguno de estos productos en el mes anterior.

Veganos y vegetarianos

Las razones que exponen es que piensan que «les ayudan a prevenir» enfermedades. Cros destacó también que en casi un tercio de las familias de los consultados hay intolerancias y que en el 10% ya hay algún miembro vegetariano o vegano, dos factores que acaban por modificar en parte las costumbres del grupo por el llamado «consumo compartido».

«Lo saludable ya está aquí, que el 45% diga que lo hará es significativo, y las grandes multinacionales ya están trabajando en este sentido», confirmó Cros, que admitió que la «omnicanalidad» también se está abriendo paso, pero «a un ritmo más lento que en otros países europeos como Inglaterra, Francia o Alemania, aunque sin vuelta atrás».

Según los datos que tiene Aecoc, solo el 5% de los encuestados usan internet al menos una vez al mes para sus compras «de gran consumo», en las que no se incluyen productos tecnológicos, frente, por ejemplo, al 90% que acude al supermercado. De hecho, únicamente el 1,6% tiene la compra on line como su canal principal para estas adquisiciones. «Básicamente, se compra no alimentación, es decir, productos de droguería-limpieza y despensa; y lo que menos, los que requiere frío o frescos», señaló Cros, que subrayó que en países de nuestro entorno ese 5% se multiplica por cuatro. Eso sí, subrayó que el crecimiento «es de doble dígito, aunque el porcentaje es muy bajito».

El estudio subraya que este canal tampoco es «masivo» entre los llamados millennials, un grupo que engloba a consumidores que van los 18 y los 35 años. «Su freno es que lo quieren ya, y las tiendas de barrio o las gasolineras cubren sus necesidades sin tener que esperar», afirmó.

Desde Aecoc, explican en este sentido que «la gran batalla es la entrega, los tiempos y las condiciones, porque comprar es relativamente fácil, la pelea está en la última milla». Y el responsable del departamento de estudios deslizó su opinión de por dónde pueden ir las cosas poniendo como ejemplo lo que sucede en Francia. «El formato de pedir por internet y recogerlo donde yo quiero y cuando quiero es lo que va a suponer una revolución. En París, hay consignas en centros comerciales donde, con un código, recoges tu producto. Incluso hay en formato drive: no tienes que bajar del coche y te colocan la compra en el maletero».

Otro de los puntos del estudio de Aecoc, fue radiografiar a los millennials por su impacto actual y futuro en el mercado y Cros destacó que se trata de una generación mucho más «consciente» que las anteriores «porque la conectividad le da muchas más fuentes de información». También es más exigente. «Quiere que lo que le explica la marca o el distribuidor coincida con lo que le va a ofrecer», aseguró. Otro de los datos llamativos del estudio sobre los millennials es que son conscientes de sus gastos. «Han aprendido a través de sus padres a ser más racionales, a no vivir por encima de sus posibilidades, y han aprendido a ahorrar aunque para gastar dinero en lo que les apetece», remarcó Cros.