Comprar por internet, a tenor del último examen realizado en la UE, ni es tan sencillo ni siempre tan beneficioso para el consumidor. Las autoridades europeas de protección del consumidor sospechan que más del 31% de las páginas web de venta en internet con descuentos no ofrecen verdaderas rebajas o simplemente la forma de calcular el precio rebajado no está clara. Es una de las conclusiones recogidas en un nuevo análisis elaborado por la Comisión Europea tras “chequear” el funcionamiento de 560 plataformas digitales de venta de bienes, servicios, programas informáticos o entradas para espectáculos.

“Comprar por internet ofrece muchas oportunidades a los consumidores” pero “más de la mitad de las páginas webs contienen irregularidades”, se queja la comisaria de justicia, protección de consumidor e igualdad de género, Vera Jourová. “Esto tiene que parar porque a menudo se confunde a los consumidores. Los comerciantes en línea deben respetar plenamente las normas de consumo de la UE” y “las autoridades nacionales tomarán las medidas necesarias para detener tales prácticas comerciales desleales”, ha avisado Jourová sobre las prácticas de las que se valen plataformas que venden desde ropa o calzado hasta software, entradas para conciertos y otros bienes y servicios digitales.

Según el Ejecutivo comunitario, alrededor del 60% de estas páginas webs presentan irregularidades en materia de protección de los consumidores. Y no solo porque ofrecen ofertas especiales sospechosas. El 39% de las webs tampoco informan como deberían sobre la incorporación de tasas adicionales, como pueden ser costes de envío o métodos de pagos que elevan el sobrecoste final en contra de lo que dictan las normas europeas.

PRECIOS FINALES, MÁS CAROS

Esto significa que 211 webs, de las 560 analizadas, ofrecen precios finales más elevados que el precio inicial ofrecido al consumidor. Además, 165 también contienen irregularidades respecto al derecho a renunciar a la compra, en 43 de ellas no están claros los detalles de contacto, en 38 la dirección del comerciante que vende el producto y en 23 la identidad de la empresa. El grueso de las páginas web examinadas comercializan ropa (146), aparatos del hogar (128), teléfonos móviles y tabletas (120), ordenadores (119), aparatos de audio y video (110), calzado (108), productos para el cuidado personal y cosméticos (105), agencias de viaje (71), ocio (62), muebles (59), entradas de entretenimiento (46), contenidos digitales (39), etc.

El examen, que tuvo lugar en noviembre de 2018 y fue realizado por las autoridades de protección del consumidor de los Estados miembros, no es el primero de estas características que se lleva a cabo en la UE. Cada año Bruselas coordina ejercicios similares que hasta el momento ya ha realizado en otros ámbitos como el de las aerolíneas, la electrónica, los servicios de viaje o las telecomunicaciones.

REFORMA DE LAS REGLAS

El problema al que se enfrentan los consumidores europeos hoy en día es que las sanciones contempladas en la legislación europea “no son suficientemente disuasorias”, admite la Comisión Europea, que propuso el año pasado modernizar las reglas y endurecer los castigos, el eslabón débil de la normativa, según la organización europea de consumidores (BEUC en sus siglas en inglés). Por ejemplo, en el caso de Lituania, la sanción máxima imposible es de 1.448 euros. El Parlamento Europeo quiere que la nueva directiva, en proceso de finalización, elevará la sanción máxima hasta los 10 millones o el 4% de los beneficios anuales de la empresa y reforzará los derechos de los consumidores de que forma que puedan saber quien vende el producto o provee el servicio antes de efectuar la compra. Sin embargo, todavía no hay acuerdo entre los 28 estados sobre estos puntos.