Como el primer contacto con la montaña en el Tour de Francia, los dos partidos del Madrid en cuatro días son de los que no te van a hacer ganar ningún título, pero que te pueden llevar a perder todos. Las visitas al Bernabéu este miércoles del Manchester City (21.00 horas) y el fin de semana del Barça se presentan como el primer punto culminante del año.

Ramos acudió a primera línea mediática ante una semana que recuerda, peligrosamente, a la que terminó con el camino de Solari en el banquillo blanca, cuando quedó eliminado en una semana de la Champions, la Copa y la Liga. “Después un mal resultado me gusta salir, me siento más cómodo”, comentó el capitán.

Zidane, que sale cada semana, no se metió en ningún charco pese a la excepcionalidad de la situación: “Dar el máximo, como siempre”, repitió en sus dos primeras respuestas, con la clara intención de no salirse de la línea continuista de mensajes motivadores propios de un libro de autoayuda. “Estamos jugando bien y hay que hacer un buen partido. Todos los jugadores son importantes. Es una semana muy bonita”, dijo en varias respuestas. “No os voy a contar nada, no voy a decir nada”, terminó sincerandose con una sonrisa al final de la comparecencia.

El entrenador del Madrid nunca ha dejado de decir, ni en los mejores momentos, que los malos momentos llegarían y las críticas volverían recrudecidas. Ese momento es ahora: eliminado de la Copa, con un punto en las dos últimas jornadas de Liga y ante un momento decisivo del curso; y él no ha cambiado su discurso.

ZIDANE CON GUARDIOLA

El protagonista que aglutinó más preguntas no fue Bale, que puede volver a ser titular tras la lesión de Hazard, fue el entrenador del Manchester City. “No hay un Guardiola contra Zidane”, empezó diciendo el técnico blanco. “Siempre ha demostrado que es el mejor entrenador, es mi opinión”, terminó reiterando sus palabras anteriores.

Más allá de los banquillos, el gran tema estrictamente deportivo es la inesperada baja de Hazard: “No está contento. Esta mal, es un momento difícil”, reconoció Zidane en dos ocasiones, con la seriedad que exige la gravedad del acontecimiento. “Espero solo una cosa, que cuando vuelva lo haga bien, totalmente bien”, terminó diciendo el técnico con algo de cabreo subyacente.

BAJA INDETERMINADA

Sin noticias sobre la evolución del belga, sin decisión oficial sobre el tratamiento a seguir con la fisura en su peroné entre repetir el tratamiento conservador de la última lesión (en la misma zona, pero una dolencia diferente) o pasar por el quirófano. De momento el belga ha empezado a fortalecer la zona, pero su participación en lo que resta de temporada no se antoja sencillo y la Eurocopa asoma para el verano.

El Madrid de Zidane ya ha demostrado esta temporada que puede construir un equipo sólido y fiable defensivamente sin Hazard. El gran reto del Madrid es estirar su buen momento colectivo y recuperar la mordiente en ataque, con un Benzema en horas bajas que su un gol en las últimas ocho jornadas ligueras.

Ramos rehuyó asumir que el equipo vive un mal momento del equipo, refugiado en un pasado mejor: “El equipo no ha cambiado, pero hemos perdido. Ante el Levante no estuvimos finos de cara a puerta, pero cuando los resultados no acompañan es fácil hablar”, dijo un Sergio Ramos que terminó con reproches a los críticos: “No hemos carecido de ocasiones, es ventajista hablar ahora de falta de gol”, argumentó.

Ante el City, las dos grandes opciones que baraja Zidane van desde los tres atacantes, con Isco y un acompañante de Benzema arriba entre Bale o Vinicius; hasta el piropeado planteamiento con cinco centrocampistas que, si bien ha propiciado las versiones más sólidas de los blancos, dejan el ataque abandonado como un solar en las afueras de una ciudad. En medio, todo un abanico de posibilidades con la que Zidane puede sorprender como acostumbra en situaciones comprometidas.