No sería justo señalar al Córdoba por un solo partido, máxime cuando en varios de ellos ha superado al rival en kilómetros recorridos. Pero sí es una actuación relativamente constante que este Córdoba tiene desigualdades en sus líneas, que hay zonas o incluso jugadores que aumentan la media del conjunto, con lo que se enmascaran intervalos en los que el equipo de Curro Torres es deficitario o que lo es más de lo que esa media transmite. El último encuentro liguero, ante el Granada, es fiel reflejo de lo que le ocurre al conjunto blanquiverde, con jugadores que claramente están por encima de la media o zonas que aumentan el trabajo colectivo, lo cual disimula que algunas líneas no rinden al nivel esperado o a lo que necesita el conjunto. Si la delantera y los hombres de ataque de mediocampo son la última línea para agredir al rival también son la primera línea de defensa. O así debería ser, desde luego. Los números que aporta la plataforma Instat, sin embargo, transmiten una realidad muy diferente.

DEFENSA

AL NIVEL DEL RIVAL / Ante el Granada, la defensa blanquiverde corrió más kilómetros que la nazarí. Los cinco hombres defensivos sumaron casi 52 kilómetros, a una media de 10,35 por cada jugador. El futbolista que más corrió de esa línea fue Loureiro, con más de 11, mientras que la zaga de cuatro de Diego Martínez superó los 39 kilómetros, a una media de 9,9 kilómetros por cada jugador. No sufrió el Córdoba en esa zona un problema de rendimiento físico, pero sí de juego, ya que mientras que los hombres defensivos blanquiverdes recuperaron 39 balones en el cómputo total del encuentro, solo cuatro de ellos los recuperaron en el campo adversario. Sin embargo, los hombres defensivos del Granada recuperaron un balón menos, 38, pero once de ellos los cazaron en el campo rival, en el del Córdoba. Es decir, casi el triple que el conjunto blanquiverde.

CENTRO DEL CAMPO

MENOS TRABAJO, MÁS LIBERTAD / No era gratuita la búsqueda del club en el mercado de enero de un mediocentro defensivo, un hombre que tuviera un perfil eminentemente físico. Pero ni siquiera con él se hubiera solucionado un problema que arranca unos metros más arriba. No solo lo transmiten las sensaciones: también los números. El centro del campo blanquiverde llegó el pasado viernes a casi 34 kilómetros. Contamos en ese centro del campo a Bodiger, Aguado (más su sustituto, Blati) y De las Cuevas. La media que arrojaron sobrepasa en poco los once kilómetros, exactamente 11,2 por cada jugador. Por su parte, Montoro, San Emeterio, Vico y Ojeda (más sus sustitutos, Pozo y Azeez) se fueron a 47 kilómetros en total para una media de casi 11,8 kilómetros por jugador. Sin ser causa directa, pero sí con una clara relación, el capítulo de recuperaciones de balón (fruto de la presión) también arrojó cifras claras. Esos hombres del centro del campo del Córdoba recuperaron 15 balones, siete de ellos en campo contrario. Por su parte, el Granada recuperó 21 (prácticamente un 50% más), ocho de ellos en campo rival. Además, hay que recordar el dato ofrecido unas líneas arriba, en el que la defensa nazarí recuperó el triple de balones que la del Córdoba en campo rival. Bodiger fue el futbolista que más kilómetros corrió el viernes de los 28 que pisaron el césped de El Arcángel, pero está claro que hubo compañeros que no continuaron su senda. Y eso que el francés aún no se encuentra al 100% de su capacidad física.

DELANTERA

EL PROBLEMA AUMENTA / Está claro que la ausencia de Piovaccari más los problemas físicos de Carrillo, que jugó con una gastroenteritis, se dejaron notar, pero también en la delantera el rendimiento físico fue desigual entre blanquiverdes y rojiblancos. De hecho, el excordobesista Rodri Ríos recorrió más de 11,5 kilómetros en todo el encuentro, el segundo que más espacio ocupó de su equipo y el tercero de todo el encuentro. Y lo agradeció su equipo, lógicamente. La delantera del Córdoba (contando a Carrillo, a Andrés Martín y a sus sustitutos) recorrió una media de 10,3 kilómetros, mientras que la nazarí (el mencionado Rodri, Vadillo y su sustituto) se fue hasta los 10,9 kilómetros por jugador. Si se realiza una mirada global, tanto la delantera como el centro del campo granadino recorrieron casi 2,5 kilómetros más que el blanquiverde en el encuentro del pasado viernes. Y eso, obligatoriamente, se nota en el juego, sobre todo en el de contención. Los delanteros titulares del Córdoba no lograron ni una sola recuperación, mientras que los granadinos recuperaron cinco balones, tres de ellos en el campo blanquiverde. Luego, los delanteros suplentes de Curro Torres sí realizaron cuatro recuperaciones, una de ellas en campo rival.

Lo que sí parece claro es que este Córdoba necesita mucho más trabajo desde el centro del campo hacia adelante. Trabajo sin balón, obviamente. No lo tiene nada fácil Curro Torres si se tienen en cuenta los perfiles de los jugadores que mantiene en el actual plantel, aunque todo apunta a que este Córdoba tendrá que cambiar en dos aspectos: el de Ahlen tendrá que «inventarse» una medular que ofrezca más trabajo y el propio plantel deberá dar un paso adelante en este aspecto. En cualquier caso y en base a aquella máxima que se mantiene en el fútbol de que los equipos se construyen desde atrás, puede que este Córdoba deba preguntarse si no ha de construirse desde arriba.