El músculo de la Vuelta, que empieza este sábado en Málaga, tiene fibras diferentes a las del Tour. Desde hace unos años, una vez la carrera se asentó y exhibió su propia personalidad, ha vuelto a cautivar al aficionado a este deporte con una interesante presencia de seguidores en las llegadas y puertos claves y unas audiencias que, en el conjunto de España, se asemejan y hasta algunos días ganan a las del Tour. En el 2017, televisivamente, la ronda española superó a la francesa en TVE.

La Vuelta se empezó a gustar a sí misma cuando a partir de esta década encontró e incorporó pequeños puertos de montaña, en algunos casos calles inclinadas, que rompían los esprints masivos y que permitían al espectador disfrutar desde el primer día de la lucha entre los favoritos de la general, tal como sucederá el próximo domingo, en la segunda etapa, que llega al enclave malagueño del Caminito del Rey.

VUELVE A ESTAR DE MODA / La ronda española fue desde 1995, cuando cambió las fechas de primavera por las del final del verano, hasta hace unos pocos años, una carrera a la que acudían, casi siempre de muy mala gana, los corredores que suspendían en el Tour, como el alumno que debía aprobar en septiembre los exámenes que no había superado al finalizar el curso. Pero desde que Carlos Sastre se presentó a la salida de la Vuelta en el 2008, tras llegar de amarillo a la capital francesa, y posteriormente Chris Froome, tras ganar el Tour, todo comenzó a cambiar. Y ahora solo se ausentan de la carrera los que están lesionados de verdad, como ha sido lamentablemente el caso de Mikel Landa.

DE SUR A NORTE / La Vuelta comienza el sábado una andadura de sur a norte que incluye ocho llegadas en alto y otras nueve metas inéditas. La ronda española huye, a diferencia del Tour, de los típicos monumentos ciclistas, como el Tourmalet, que crean glamour pero donde no ocurre nada destacable desde hace unos años. Y en cada edición apuesta por llegadas asfixiantes, casi cuestas para cabras montesas, donde los ciclistas se retuercen, donde los porcentajes superan el 20%, pero donde la pendiente obliga a ir tan lento, a menos de diez por hora, que resulta imposible abrir diferencias entre los favoritos. Y, en este marco se encuentran, por ejemplo, las llegadas previstas a La Camperona (etapa 13, en los antiguos valles carboneros leoneses), Les Praeres (etapa 14, en Asturias), o el monte Oiz (por encima de Bilbao, etapa 17) .

Si se observan los diseños habituales de las tres grandes rondas hasta inicios de esta década, los trazados eran muy parejos, con muchísimo llano, dos puntos fuertes de montaña en la segunda y la tercera semana, un kilometraje abultado en muchos días de aparente calma y unas contrarrelojs muy largas que definían la general mucho más que los días de montaña. Llegó la Vuelta, redujo kilometraje, comenzó la moda de presentar etapas cortísimas (un ejemplo que ha copiado más el Tour que el Giro) y, sobre todo, apostó por disminuir el número de contrarrelojs para que fuesen menos decisivas, sabedores de que las audiencias no suelen ser las mejores en este tipo de etapas. Este año solo hay la crono inicial de Málaga, con ocho kilómetros, y la de Torrelavega, en la tercera semana, y con tan solo 32.

«La Vuelta 2018 va a ser una carrera con la pasión que toca y con la incertidumbre e intensidad necesarias para que se convierta en la prueba más impredecible del calendario mundial», adelanta Javier Guillén, director general de la prueba y principal artífice del cambio de estilo que la carrera ha vivido esta década.

SIN FAVORITO CLARO / La prueba se presenta con el Alejandro Valverde de siempre -será su 11ª Vuelta- y con otros tres vencedores de la carrera que ganó el murciano en el 2009 (Vincenzo Nibali, que llevará el dorsal uno y fue triunfador en el 2010, Fabio Aru, que ganó 2015, y Nairo Quintana en 2016), la baja esperada de Froome, que corrió el Giro, pero con buena parte de la flor y nata del pelotón mundial como Richie Porte, Steven Kruijswijk, Simon Yates, Thibaut Pinot, Peter Sagan, Ilnur Zakarin, David de la Cruz, Enric Mas, Fabio Aru y Dan Martin. ¿Quién ganará? Tan impredecible acertarlo como adivinar en el mes de junio el triunfo en el Tour de Geraint Thomas, que lleva semanas celebrando la victoria en los Campos Elíseos con los amigos galeses.