La Vuelta que ha finalizado este domingo en Madrid ha sido, sin duda, la de Simon Yates, porque la ha ganado, pero se recordará, sobre todo, por haber sido la ronda española en la que el público descubrió a un ciclista joven, de 23 años, un mallorquín llamado Enric Mas, del que ya grandísimos campeones como Miguel Induráin y Alberto Contador llevaban tiempo catapultándolo como la referencia de futuro. Y más (haciendo un juego de palabras con su apellido), mucho más. Hace un año, días antes de su retirada, Contador lo designó como su heredero.

Por los pasillos ciclistas el nombre de Mas, y lo que ha realizado en esta Vuelta no ha supuesto ninguna sorpresa, ya sonaba con fuerza desde hace tiempo. En todo caso su segunda plaza en la general ha sido una confirmación. Este periodista vivió en abril del año pasado una anécdota en Mallorca junto a Induráin. Mas y el cinco veces ganador del Tour participaban en una multitudinaria marcha cicloturista denominada Mallorca 312. Induráin, como es costumbre, se encontraba rodeado de aficionados que le pedían de todo, y Mas, en primera línea de la carrera, antes de la salida, deseaba fotografiarse con el campeón navarro. "Veis a ese chico -dijo Induráin señalando a Mas-. Corría con mi hijo mayor y cuando todos me preguntaban si mi chaval sería como yo, siempre contestaba lo mismo señalando a Mas: 'el bueno es ese'".

La entrada a Madrid

Es muy difícil que Induráin y Contador se equivocasen, como numerosos observadores que lo seguían en Mallorca. La irrupción de Mas no pasaba desapercibida y hasta aficionados al ciclismo en Mallorca estaban convencidos que podía ser un nuevo referente del deporte balear, solo superado por el inalcanzable Rafael Nadal.

Mas llegó este domingo a las soleadas calles de Madrid, como segundo de la carrera, como ganador de la etapa reina en Andorra, y portando un dorsal en color verde que lo identificaba como el mejor joven menor de 25 años de la prueba. Y eso es lo más grande. Su futuro es incalculable en estos momentos. "Soy un chaval de 23 años que quiere disfrutar de este deporte. Siempre soñé con poder hacer cosas como las que he hecho ahora. Espero que lleguen más. Sé que tendré presión a partir de ahora, pero me encanta. Espero cogerla en buen sentido y que no me perjudique".

Mas es un escalador, que aparte de subir montañas con una facilidad exquisita, sabe manejarse en una contrarreloj, y eso es lo más importante: un escalador que quiera ganar el Tour, por ejemplo, no puede sucumbir contra el reloj, porque eso le sepulta ante los especialistas que se defienden en la montaña. "Es un ciclista muy ilusionante por su edad y muy completo por el hecho de que funcione en la contrarreloj. Es, junto a Marc Soler, el corredor que puede recordar a Induráin, a Contador y a mí mismo", explica Pedro Delgado, ganador del Tour 1988 y de las Vueltas 1985 y 1989. "Es el más talentoso de todos los jóvenes. Es una maravilla que funcione contrarreloj, lo que le falta por ejemplo a Landa. No sé dónde puede estar su techo”, añade Óscar Pereiro, vencedor del Tour 2006.

El año que viene quiere ir al Tour. "Deseo conocerlo porque todo el mundo dice que es diferente al Giro y a la Vuelta". Ya pidió un dorsal en julio pero su equipo, el Quick Step, con el que tiene una temporada más de contrato, prefirió acertadamente resguardarlo para la Vuelta. "Debe tener en cuenta que en el futuro estará más vigilado. Ya no habrá factor sorpresa. Pero puede aspirar a ganar cualquiera de las tres grandes", asegura Delgado. "Es la gran esperanza que ha aparecido y la prueba de que no habrá un bache con ciclistas españoles de futuro", indica Fernando Escartín, podio en el Tour de 1999 y director técnico de la Vuelta. "Ya es un presente con un gran futuro. A los 23 años tiene un potencial fuera de serie", afirma Melcior Mauri, ganador de la Vuelta de 1991.

Pasadas las 8 de la noche subió al podio de la plaza de la Cibeles de Madrid. Su próxima cita, en 15 días, es el Mundial. Residente ahora en Andorra la Vella la figura de Giovanni Lombardi también adquiere un serio valor en la vida deportiva de Mas. Lombardi es ahora su mánager, un agente que apenas representa a media docena de ciclistas muy escogidos; entre ellos Peter Sagan. Y si le ha echado el ojo por algo es.