El Córdoba salió al campo con el viento en contra, literalmente. Un fuerte temporal azotó ayer Huesca y dejó al equipo blanquiverde con los elementos adversos durante los primeros 45 minutos, que fueron suficientes para sentenciar el partido a favor de los azulgranas.

Actitud, aptitud, garra y compromiso son algunos de los ingredientes que faltan en el equipo

Cuesta escribir esta contracrónica, porque se acaban los recursos de este periodista, que tiene cada vez más claro un descenso a Segunda B. Cuando las cosas van mal nada sale a derechas, y eso fue lo que ocurrió en el primer gol del Huesca, obra de un Álex Gallar que estaba en fuera de juego. Pero de nada valdría escudarse en este error arbitral, porque el Córdoba fue aplastado ayer por una apisonadora, la del Huesca, que si no le goleó fue por mala suerte y porque con el tercer gol bajó la velocidad crucero y se puso a pensar en el siguiente partido.

La sensación de apatía que el equipo demostró tras el gol de la honra de Sergi Guardiola (de lo poco salvable en lo que llevamos de temporada) genera mucha frustración en el aficionado blanquiverde. Ayer fueron un centenar los valientes que, en El Alcoraz, trataron de soplar a favor del Córdoba. Pero el viento en contra era demasiado fuerte, los elementos, todos ellos, se conjuraron a favor del rival para que firmase la cuarta derrota de Juan Merino en siete partidos al frente del banquillo del Córdoba. ¿Cabe culpar al gaditano, con el puesto más que en entredicho, de la penosa situación de este equipo? Ni con Carrión ni con Merino el Córdoba ha sido capaz de mostrarse competitivo. 33 goles en contra en 17 partidos, prácticamente dos tantos encajados por partido, hacen muy difícil encontrar una solución a un club que avanza a marchas forzadas al infierno de la Segunda División B.

En la planta noble de El Arcángel han de asumirse las culpas de la mala planificación deportiva

La próxima semana se recibe al Rayo (por cierto sin Aguza, que ayer vio su quinta amarilla), en un partido que puede empezarse, dependiendo del resto de resultados, a más de dos encuentros de la salvación. Aptitud, actitud, intensidad, garra, compromiso…son tantos los ingredientes que faltan en este Córdoba que, si encima el contexto es adverso, la derrota parece más que probable. Que remonte el vuelo dependerá de un milagro, y de que en la planta noble de El Arcángel se asuma la culpa de una planificación deportiva deficiente y se pongan los medios para solventarla en enero. El futuro de este club depende de ello.