Podrían ponerse paños calientes al análisis del partido que esta tarde enfrenta al Córdoba ante el Albacete (a las 20.00 horas en el Carlos Belmonte). Tal vez decir que es la primera salida del año y con un conjunto nuevo, con 11 altas y 18 bajas, necesitado de rearmarse, conocerse y asumir los planteamientos técnicos del entrenador.

O advertir de que la liga solo acaba de empezar, y que otros equipos que a priori optarán a la pelea por el ascenso tampoco ganaron en la primera jornada, casos de Osasuna, Granada, Sporting o Valladolid.

También cabría agarrarse a las buenas sensaciones transmitidas en pretemporada, y objetar que el pinchazo ante el Cádiz solo fue merced a una malísima primera parte, y no porque el Córdoba se vio superado por el conjunto amarillo.

SUMAR PARA CALMAR LOS ÁNIMOS

Pero la realidad es que la afición blanquiverde no puede esperar a que el equipo encienda los motores, y pide a sus jugadores y al cuerpo técnico resultados desde el primer minuto. Ya en algunos momentos del encuentro ante el Cádiz se escucharon pitos. Y es que la hinchada guarda un malísimo recuerdo de la pasada temporada y quiere poner tierra de por medio, cuanto antes, con los puestos cercanos al descenso.

Para sumar los tres primeros puntos de la temporada y cambiar los aires que sobrevuelan al club, el Córdoba tiene una buena oportunidad ante un equipo como el Albacete que, a priori, es de menor nivel. Solo a priori, porque todos sabemos la igualdad reinante en la Segunda División y lo poco que importan a veces los presupuestos y los salarios.

Ayer, en rueda de prensa, Carrión señaló que el Córdoba, aún gastando más de un millón en fichajes, tiene que competir «con equipos con presupuestos cinco veces superiores». Pero el rival de esta tarde no ha pagado por ningún traspaso y es un recién ascendido a la categoría de plata.

UN RIVAL PROPICIO

Los manchegos han tenido que esperar a que quedasen libres jugadores que no contaban para clubs de Segunda e incluso de filiales, como es el caso de Quim Araujo, procedente del Valencia Mestalla. En sus filas juegan dos exfutbolistas del Córdoba. Uno de ellos, Rafa Gálvez, se formó en las categorías inferiores del club califal, con el que jugó en Segunda en dos etapas, la última hasta el verano pasado. El cordobés es ahora el líder del centro del campo de un Albacete que tiene en su sistema defensivo su mejor arma.

Su entrenador, José Manuel Aira, gusta de lograr equipos compactos, aguerridos y que tengan facilidad para salir a la contra. Aunque es un sistema ideal para Bíttolo, el otro exblanquiverde, el argentino acaba de salir de una lesión y no será de la partida. El año pasado, el Alba quedó campeón del grupo 2 de la Segunda B gracias a que solo encajó 36 goles en 38 partidos, unas cifras que a buen seguro firmaría Aira para la presente temporada en Segunda.

El Córdoba se enfrenta al mismo dilema que el de la pasada jornada, pelear contra un rival que se encierra atrás y que, sabiendo que a los blanquiverdes les gusta tener la posesión del balón y asumir el protagonismo, trabaja para aprovechar los espacios que dejan atrás en sus ofensivas.

CAMBIOS EN EL ONCE

Es por ello que Carrión se plantea hacer varios cambios en el once. Aguza, que ha padecido un resfriado durante toda la semana, Jaime Romero y Guardiola son los tres con más posibilidades de pasar al banquillo.

Las buenas sensaciones, gol incluido, que dejó Markovic en la segunda parte podrían valerle para recuperar un sitio en el once. Es un mediapunta distinto, con llegada y capaz de generar desequilibrios en las defensas rivales, precisamente lo que faltó ante el Cádiz.

En la izquierda, Javi Galán tiene muchas papeletas para recuperar su sitio y volver a desesperar al lateral derecho rival, en este caso Arroyo. Finalmente, Jona estará extramotivado al visitar un estadio, el Carlos Belmonte, que le recibirá con pitos por su pasado en el club manchego, de no grato recuerdo para su afición. Carrión podría aprovechar la circunstancia para poner al hispano-hondureño, con ganas de reivindicarse.