El piloto alemán Sebastian Vettel (Ferrari) ganó el Gran Premio de Australia y sorprendió al británico Lewis Hamilton (Mercedes), aliado con el coche de seguridad provocado por los pilotos de la escudería Haas, en una carrera en la que el español Fernando Alonso (McLaren) fue quinto. El tetracampeón mundial alemán celebró por segundo año consecutivo un triunfo en Melbourne, el número 48 de su carrera y el tercero en Albert Park (2011, 2017 y 2018) logrado de forma sorprendente, ya que ni el propio Vettel se lo habría imaginado en el primer tercio de carrera. Mucho menos Hamilton. Un doble error de la escudería estadounidense Haas al cambiar los neumáticos de sus pilotos, con un fallo de una de las pistolas que atornilla las ruedas costó el abandono primero al danés Kevin Magnussen, que iba cuarto; y luego al francés Romain Grosjean, que era quinto y se quedó parado entre la curva dos y tres, lo que provocó la interrupción de la carrera con el coche de seguridad virtual.

En ese momento Vettel, que era primero circunstancialmente al no haber cambiado aún sus neumáticos, aprovechó la carrera neutralizada para cambiar sus ruedas y tirar hasta el final, lo que dio al traste con la carrera de Hamilton, que había realizado un inicio inmaculado de la prueba, desde la pole y con una salida intachable.

Vettel logró la primera victoria de la temporada escoltado por Hamilton y por el finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari), que retuvo el podio pese al acoso final del australiano Daniel Ricciardo (Red Bull), quien firmó una gran carrera al salir desde el octavo final. Tras ellos, un sorprendente Fernando Alonso (McLaren), que demostró que el motor Renault le da otra vida a su monoplaza, aprovechó los abandonos de los Haas y supo aguantar con pericia el acoso del Red Bull del holandés Max Verstappen, quien fue víctima de sus propios errores y acabó acosando al bicampeón mundial español sin éxito.

El alemán Nico Hülkenberg (Renault), el finlandés Valtteri Bottas (Mercedes), el belga Stoffel Vandoorme (McLaren) y el español Carlos Sainz (Renault) completaron la zona de puntos, un primer tanto muy valorable del español, que estuvo durante dos tercios de la carrera con náuseas debido a un problema de la bomba de agua que hidrata a los pilotos, pero consiguió finalizar y puntuar.

Nadie esperaba este final cuando se dio la salida a la carrera. Salió bien Hamilton, buscando el centro de la pista desde el inicio y cerrando bien a Raikkonen cuando buscaba superarle por su izquierda en la segunda curva. Perdía su sitio Verstappen, rebasado por el Haas del danés Kevin Magnussen. No solo Raikkonen intentaba adelantar a su predecesor, sino que también las primeras curvas nos permitían ver un bonito intento de adelantamiento por el exterior del español Fernando Alonso a su compatriota Carlos Sainz, quien supo cerrar al asturiano con solvencia y mantener su décima posición. Pronto, en las primeras seis vueltas, se podía observar cómo se formaba un primer grupo cabecero con Hamilton, Raikkonen y Vettel, distanciado por unos cinco segundos del resto de pilotos, en el que el Haas-Ferrari de Magnussen provocaba un ritmo menor y restaba las opciones de luchar por la victoria de Verstappen, que acabó sexto.