FECHA: 15 de junio de 1997.

LUGAR: Estadio Martínez Valero.

PARTIDO: Elche - Córdoba CF (partido correspondiente a la cuarta jornada de la liguilla de ascenso a Segunda División de la temporada 96-97, 0-0).

LA SITUACIÓN

El Córdoba había sido campeón del grupo IV, había ganado seis de sus siete partidos más recientes y sumaba siete puntos en las tres primeras jornadas de la liguilla: 0-0 en El Arcángel contra el Elche y doble victoria ante el Barakaldo (1-2 y 3-0). Era su tercera fase de ascenso consecutiva. Tras un cambio de entrenador (Chato González suplió a Perico Campos) y la irrupción de Rafael Gómez en la presidencia con un aluvión de fichajes (Xavi Moro, José, Dani, Jordi Martínez, Javi Moreno y un viejo ídolo local, José Luis Loreto, que volvía de un Zaragoza con el que había ganado una Recopa de Europa), el equipo tenía muy buena pinta.

Si el Córdoba ganaba en Elche, tenía el ascenso hecho. Los franjiverdes llevaban por entonces un empate en El Arcángel, una victoria apurada ante el Depor B (2-1) y un duro revés en Riazor (2-0), por lo que necesitaban a toda costa vencer. La expectación era brutal. Se fletaron 250 autocares y un tren especial para 1.322 viajeros. Cientos de coches se sumaron a la caravana. En Elche se dieron cita 12.000 cordobeses, en un episodio que quedó grabado en la historia como el mayor éxodo de aficionados que se ha registrado en España para asistir a un partido de Segunda B. Hubo vino y bocadillos gratis, además. Aquella romería blanquiverde llegó con ganas de fiesta.

¿QUÉ OCURRIÓ?

Fue un partido con más nervios que calidad, que por otra parte nadie pedía aunque la formación blanquiverde de aquellos tiempos iba sobrada de peloteros talentosos. Avelino Viña, Algar, Emilio Vega, Juanito, Dani, Puche, Quini (Quero, 63’), Gallego (Prieto, 67’), Loreto, Pepichi Torres (Moro, 59’) y Barajas jugaron aquella tarde.

Nadie quiso apretar demasiado. El Elche lo hizo algo más, pero el empate aún le concedía opciones. Eso sí, todo estaba en manos del Córdoba. Los blanquiverdes dependían de sí mismos. El equipo empató a cero y se quedó al borde de la gran gesta. De hecho, se daba ya por hecha. A Rafael Gómez le mantearon y en el club ya se preparaban los fastos por el retorno a Segunda División, un campeonato que no se cataba desde 1983. Solo tenían que vencer al Fabril, filial del Deportivo, unos días más tarde.

¿QUÉ PASÓ DESPUÉS?

El Córdoba afrontaba las dos últimas jornadas frente al filial del Deportivo: primero en El Arcángel y después en Riazor. Un triunfo ante el joven equipo gallego le daba el éxito. Nadie reparó en que el fútbol, y la vida, siempre pueden guardar una sorpresa inesperada, sin nada que ver con la lógica. La cuestión es que el Córdoba sufrió una de las peores y más humillantes derrotas de toda su historia. Los chicos del Depor se entretuvieron en endosar una paliza a los locales (1-4) en un partido que provocó escenas dantescas.

Muchos aficionados no volvieron jamás al estadio después de presenciar aquel monumento al horror. El Arcángel enmudeció, Rafael Gómez acusó a algunos jugadores de haberse vendido y el Elche, que andaba alicaído, recuperó sus opciones tras su 4-0 al Barakaldo y acabó subiendo a Segunda tras volver a noquear a los vascos por 0-1 en Lasesarre con un gol del excordobesista Cuxart, haciendo inútil el postrero triunfo cordobés ante los cachorros del Depor. Los doce mil de Elche aún siguen recordando aquella explosión de alegría que la realidad sepultó días después.