Medio centenar de espectadores en la ciudad deportiva había ayer y parecía que el nuevo entrenador blanquiverde, José Ramón Sandoval, dirigía a su nuevo equipo, pero también a su nueva afición. «Quiero hambre, quiero presión», se le oía gritar. «Pásala con alegría» le pedía a Quim Araújo y, unos minutos después, tras una entrada del catalán a Vallejo, exclamaba: «Cómo me gusta que chasque, cómo me gusta». Pero el centro de atención del de Humanes fue José Antonio Reyes, al que no paró de hacerle bromas, de «meterle» en el ejercicio, de hacerle partícipe de lo que quiere, siempre con intensidad: «Vamos a darle rock and roll».

A la hora de puntuar un ejercicio de presión, se erigió en juez y el utrerano era «el fiscal», nombrado por el técnico. «En la vida, lo que parece no es», comentaba al grupo, del que salió un balón descontrolado que por poco golpea al nuevo entrenador. «Tres puntos por intentar agredir al juez», se le oyó, lo que provocó las sonrisas de Reyes, que no parecía de acuerdo con la puntuación. «Tranquilos, que al fiscal le queda aún un año de Derecho». El buen rollo parecía el objetivo a implantar en su nuevo grupo. Al punto que, al volver a poner el balón en movimiento avisó: «Venga, que el niño saca el balón». Y le entregó la pelota al utrerano.