La experiencia del mes de abril alertó de la necesidad de remodelar una plantilla con un once titular sin competencia. La del mes de julio denuncia que la inexperiencia se paga.

El Roma ha dado dos lecciones al Barça, dos experiencias en forma de derrota con distinto signo: mientras la primera reportó una dolorosa eliminación en la Champions, por tercera vez consecutiva en los cuartos de final, la segunda, en medio de un amistoso de pretemporada brindó una valiosa experiencia a media plantilla. A la porción más joven.

«El aprender es muchas veces sufrir un revolcón como este», explicó Ernesto Valverde en su intento de extraer una conclusión positiva a un resultado tan claro (2-4) como engañoso. La convincente actuación del Barça cuando lucharon los dos equipos titulares (con una victoria parcial por 2-1) se truncó con los cambios de ambos conjuntos en el segundo tiempo (2-4). «Hemos hecho un buen partido, salvo en el tramo final, salvo en los últimos quince minutos», admitió el técnico.

TITULARES CONTRA JUVENILES / En el minuto 60, con la segunda batería de sustituciones, solo quedaba en el campo Cillessen (¡el portero!) del primer equipo. Por delante suyo, los muchachos del filial y juveniles del año pasado ante un Roma que no notó el relevo integral de la alineación.

Eusebio di Francesco tenía a toda la plantilla intacta. A diferencia de Valverde, privado de los 14 mundialistas (solo estaba Ter Stegen en Dallas), el Roma solo aportó tres jugadores a la cita de Rusia: Alisson, traspasado al Liverpool, más el argentino Fazio y el ruso Kolarov, los últimos en entrar. Justo un minuto antes de que Florenzi empatara por segunda vez y el Barça se hundiera por el centro de la defensa con dos goles más en ocho minutos. Cuenca, Puig, Brandáriz, Ballou y compañía sucumbieron igual que los mayores en abril ante la artillería granate formada con los Perotti, Schick, Juan Jesús y demás.

MISMO PLANTEAMIENTO / «Mi idea es que los jugadores del primer equipo se metan pronto en la dinámica. Por eso juegan todos los jóvenes juntos», argumentó Valverde para explicar por qué no mezcla a los futbolistas para que no haya tantas diferencias. Ante el Tottenham sucedió lo mismo. El Barça vencía por 2-0 y al final cedió un empate (2-2) bien resuelto luego en los penaltis. En ese deseo de acelerar la reintegración de los titulares, Valverde mantuvo a los tres fichajes en el once: Lenglet, Arthur y Malcom.