El estadio de Vallecas es un territorio hostil en toda regla esta temporada. Solo dos equipos consiguieron vencer allí, Osasuna y Gimnàstic de Tarragona. En el primero de los casos fue por un contundente 0-3 y en el segundo, el día de Reyes, por 2-3 y con un gol de Manu Barreiro en el tiempo de descuento. El Rayo Vallecano ha cimentado sus intactas opciones de ascenso directo a Primera en su feudo, donde ha conseguido 41 de los 73 puntos que atesora, merced a 12 victorias y cinco empates. La racha que acumulan los rayistas en su domicilio quita la esperanza a casi cualquiera: seis victorias y dos empates en los últimos ocho partidos, manteniendo 20 de los 24 puntos en juego desde la derrota ante el Nàstic. En estos cuatro meses el equipo madrileño ha anotado 21 goles y encajado ocho, mientras que en el total de la temporada han sido 39 los goles a favor y 21 los tantos en contra para un golaveraje de +18.

En el último partido del Rayo en casa, ante el Tenerife, tuvo que madurar bastante el encuentro para sumar los tres puntos, ya que al descanso el luminoso señalaba un empate a uno. Un gol de Alexander Moreno y otro de Embarba, ambos tras el intermedio, dieron la victoria al equipo de Vallecas. Algo similar ocurrió en el anterior partido en Vallecas, cuando el Rayo venció por dos goles a uno al Zaragoza, el definitivo, obra de Trejo, en el minuto 68.

Los rayistas gustan de manejar la pelota y tratan de cansar al rival. Por eso la mayoría de sus goles en casa son en la segunda parte, como ante el Reus, cuando sentenciaron el 3-2 definitivo a un minuto del final. Llegar vivos a los últimos 15 minutos será vital para el Córdoba.